Por qué la Universidad pública está dilapidando recursos y debe encarar una profunda reforma

 Por qué la Universidad pública está dilapidando recursos y debe encarar una profunda reforma

¿Universidad Pública y Gratuita? Sí, sin dudas.

¿Universidad Pública y Gratuita para todos, todo el tiempo? Quizás haya que revisar esos conceptos, como hay que revisarlo todo cuando un país tiene una pobreza que supera el 50% y no tiene futuro.

¿Está bien que miles de extranjeros estudien gratis en las universidades argentinas? ¿Está bien que se haga política en las universidades públicas?

¿Está bien que muchos asistan a la Universidad Pública a militar y hacer una carrera política y no a estudiar?

¿Está bien que el ingreso sea tan fácil e irrestricto en la mayoría de las carreras que miles se anotan “por las dudas”? ¿Cuánto ganan los profesores titulares y los directivos? ¿Cuánto los suplentes? ¿Todas las carreras deben continuar, no hay algunas que probaron no tener salida laboral y tampoco aportar una contribución significativa a la sociedad? (Medicina acaba de recortar un año la duración de la carrera).

Ese es el debate que la Universidad Pública quiere eludir y solamente parapetarse en reclamar más fondos, para que todo siga igual.

En septiembre pasado, el economista Alieto Guadagni, un estudioso del sistema educativo que integra la Academia Nacional de Educación, publicó un artículo en el diario Clarín con los siguientes datos, que apoyan la necesidad de una profunda reforma universitaria.

Si se compara la matrícula (alumnos regulares) con los graduados, Brasil tiene 33% de recibidos sobre el total, Chile el 32% y la Argentina apenas el 21%.

Argentina tiene la mayor cantidad de estudiantes (en relación a la población), con 557 estudiantes universitarios cada 10.000 habitantes, contra 408 de Brasil y 355 de Chile.

Ocurre lo contrario con la cantidad de graduados cada 10.000 habitantes: Argentina produce 31 graduados cada 10.000; Brasil tiene 61 y Chile 55.

Es decir, en nuestra universidad entran todos, no importa si tienen ganas de estudiar o no, o si van a hacer política. El sistema baja la vara, no la sube. ¿Y eso perjudica, a quien? Al que va a estudiar, con aulas superpobladas, falta de recursos, etc.

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Argentina, campeona en cantidad de alumnos, pero última en cantidad de graduados. Los datos duros de un sistema que debería revisarse.

¿Cómo se ingresa a la Universidad?

Para Guadagni, la gran diferencia radica en la escuela secundaria, en Brasil y Chile hay evaluación del nivel de conocimientos del alumno y son parte del criterio para acceder a la Universidad.

En Brasil desde el año 1998 se aplica el Examen Nacional de Enseñanza Media (ENEM). Durante el 2009, bajo la presidencia de Lula, se decidió “una gran cantidad de universidades comenzaron a utilizar sus resultados como criterio de selección para la admisión de nuevos ingresantes”.

Resaltamos el hecho de que lo puso en práctica bajo el mandato de Lula, no de Jair Bolsonaro. Una cosa es ser de centroizquierda y otra, muy distinta, defender todo lo gratis y irrestricto a costa del propio sistema público y gratuito que hay que prestigiar y defender.

Guadagni cuenta que para tomar el examen ENEM se toman dos días, e insume 5 horas. Se evalúa: lenguaje, códigos y sus tecnologías, escritura, idioma extranjero, ciencias naturales y sus tecnologías, matemáticas y sus tecnologías.

Chile, en cambio, tomó los primeros exámenes de admisión en 1965 cuando la Universidad de Chile desarrolló la Prueba de Aptitud Académica (PAA) y hasta la actualidad se han implementado diversas evaluaciones, explica Guadagni.

Hoy en día se aplica la Prueba de Acceso a la Educación Superior(PAES) la cual entró en vigor en el año 2022 y es la herramienta para acceder a las instituciones de educación superior que adhieren al Sistema de Acceso a las Instituciones de Educación Superior.

Pueden realizar el exámen todos los estudiantes que estén cursando en la secundaria y los que ya finalizaron. La PAES tiene cinco pruebas: Competencia Lectora, Matemática 1 y 2, Ciencias, Historia, Ciencias Sociales.

Los resultados se expresan en una escala numérica y cada universidad define los requisitos y criterios para la postulación y admisión a las carreras (es decir, hay instituciones más y menos exigentes).

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El artículo de Alieto Guadagni, economista, peronista, ex Secretario de Industria durante la presidencia de Carlos Menem y miembro de la Academia Nacional de Educación.

En la Argentina no rige ningún tipo de exámen de evaluación de conocimientos al final del nivel secundario ni tampoco exámenes generales de ingreso a la universidad.

“Al comparar las cifras de nuestro sistema educativo y la de nuestros vecinos, se observa que en proporción, su sistema es más eficaz”, concluye Guadagni.

“El ingreso a la universidad es distinto en la Argentina al de la mayoría de los países del mundo, ya que rige el ‘ingreso irrestricto’ establecido por la Ley 27.204 (año 2015) que excluye los exámenes de ingreso en las universidades públicas, expresado en su artículo 4”, explica el experto.

“Todas las personas que aprueben la escuela secundaria pueden ingresar de manera libre e irrestricta a la enseñanza de grado en el nivel de educación superior”, indica dicho artículo.

Por eso no sorprende que tengamos más estudiantes universitarios que muchos países, pero menos graduados, debido a la deserción por el pobre nivel educativo de los ingresantes, asevera Alieto Guadagni.

“Esperemos que los candidatos en estas elecciones procuren implementar una nueva política educativa que apunte a mejorar la graduación universitaria, con iniciativas concretas y no simples declaraciones”, finaliza.

Plan B/ Artículo de Alieto Guadani publicado en el diario Clarín el 26-9-2023

 

 

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1 Comentarios

  • Muy clara la nota, y muy cierto que miles de estudiantes tenemos que estar en aulas con gente que no le interesa estudiar, van a probar a ver qué les parece y dejan al tiempo. En licenciatura en sistemas de la UNNE en las primeras materias somos 500, los horarios de cursada se vuelven imposibles, son muchas comisiones para que entren en las aulas y el resultado final es que en seminario profesional, materia del último año, son 30 alumnos. Perdida de tiempo del docente y de plata del estado! Reforma Universitaria urgente!

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