Más de 300 estudiantes se reconocieron no binarios en escuelas misioneras

Se buscó saber sobre diversidad de género, étnica y migrante de los alumnos. Afirman que las nuevas generaciones viven las diferencias de manera cada vez más respetuosa y natural
Un total de 377 estudiantes que están terminando sus estudios primarios se reconoció como no binario tanto en escuelas públicas como privadas de toda la provincia.
Los datos fueron relevados en la última evaluación Aprender que se realizó en diciembre pasado y de la que se obtuvo el informe completo por parte del Ministerio de Educación de la Nación recién este mes.
En el examen a los chicos se los evaluó en Lengua y Matemáticas, pero también se les preguntó si eran repitentes, cómo estaba compuesta la familia, si usan redes sociales o juegan videojuegos, entre otras aristas.
Además se les consultó si eran varones, mujeres o no se reconocían con ninguna de esas identidades.
Del total de participantes, 22.699 estudiantes, el 40,5% (9.183) fueron varones; 43,9% fueron mujeres (9.974) y 1,7% (377) no se reconocen en ninguna de las identidades de género anteriores. En tanto, 3.165 (13,9%) chicos prefirieron no contestar esa pregunta.
En el documento no se aclara la edad de los alumnos según género, pero sí se sabe que tienen entre 10 y 14 años, teniendo en cuenta que pese a ser de 6° grado de primaria, un porcentaje cercano al 20% son repitentes.
Siempre teniendo en cuenta la base de 22.699 participantes, se detalla según sectores que: dentro de los estudiantes de escuelas estatales urbanas (13.798 chicos), el 43,2% se identificaron como mujeres; el 39,7% como hombres y el 1,6% con ninguna de las identidades de género anteriores.
En las estatales rurales (4.802 chicos), el 43,6% se identificaron como mujeres; el 40,1% como hombres y el 0,8% con ninguna de las identidades de género anteriores.
Dentro de los estudiantes de escuelas privadas urbanas (3.830 chicos), el 46,5% se identificaron como mujeres; el 43,5% como hombres y el 3,1% con ninguna de las identidades de género anteriores. En las privadas rurales (269 chicos), el 50,2% se identificaron como mujeres; el 41,6% como hombres y el 1,5% con ninguna de las identidades de género anteriores.
Al final del documento de 73 páginas se detalla: “Se entiende por identidad de género a la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Así, las categorías utilizadas en Aprender 2021 son: mujer, varón y X. La X comprende la identidad no binaria, indeterminada, no especificada, indefinida, no informada, autopercibida, no consignada; u otra acepción con la que pudiera identificarse la persona que no se sienta comprendida en el binomio masculino/femenino”.
Para hablar sobre el tema, El Territorio consultó a la psicóloga Natalia Pino Roldán, quien explicó que la diversidad es algo que siempre existió, pero ahora ya no es sinónimo de veto o prohibido.
“Hoy se permite hablar de eso y deja de ser tabú y algo tan oculto, lo que dejaba secuelas terribles en las personas que tenían que vivirlo como un delito. Ahora se puede trabajar mucho más, incluso está dentro de lo que es la Educación Sexual Integral (ESI)”, explicó Pino Roldán.
No obstante, optó por no hablar de tolerancia, porque “tolerar tiene que ver con algo que de por sí no se comprende ni empatiza” y prefirió referirse en términos de inclusión y respeto a las personas.
Sin problemas
“Lo que yo veo en mi consultorio con jóvenes es que no tienen ningún problema con esto, tienen todo muy claro. Los amigos y amigas lo siguen siendo más allá de su orientación sexual. Son los grandes, los padres, los que siguen teniendo prejuicios al respecto y a veces hacen intervenciones desde el hogar con mucho tinte de discriminación, pero los jóvenes no, y si lo hacen es porque justamente desde el hogar no se les enseña el respeto a la diversidad y que no todos somos iguales”, sostuvo la profesional.
Luego, consultada sobre qué pasó en el medio para que los cambios sean cada vez más marcados en las nuevas generaciones, señaló: “Pasaron los derechos humanos, las leyes de protección hacia la mujer, la igualdad de género o por lo menos una lucha más fuerte y explícita hacia una equidad de género, la ley de matrimonio igualitario, los derechos LGBTIQ, salir del clóset, eso hubo en el medio, dejar de vivir las diferencias como un delito”.
También comentó que tiene consultas de adolescentes en proceso de cambio de sexo. “Pero cuando llegan con una cuestión relacionada a la sexualidad, en realidad lo que hay detrás es una intolerancia por parte de los padres, algunos adultos incluso siguen pensando que la terapia puede corregir la orientación sexual de alguien. Lo que hacemos ahí es trabajar con los padres para ver por qué les mueve tanto la identidad que decide hacer el hijo o la hija. Que no es más que su propia identidad, porque cuando trabajamos a fondo vemos que un hijo no es mejor ni peor por la identidad que tenga, eso es algo muy íntimo de las personas y hay que respetarlo desde ahí. Ni un amigo ni un hijo cambia su vinculación por la identidad sexual”, destacó.
La profesional además recalcó que en algunos sectores el tema aún es sinónimo de controversias o rechazo. “Pero me parece que es un gran avance que estos temas dejen de ser tabú, porque todo lo que deja de serlo se puede conversar y procesar y cuando no hay diálogo ni debate sobre estas temáticas los costos para la salud mental son muy límites”, indicó.
“A veces vemos a docentes muy asustadas, que no saben qué hacer con ciertas manifestaciones de cariño o de distintas orientaciones sexuales del alumno que decide vestirse de otra forma”, dijo y en esa línea plasmó que falta formación al respecto.
“Hoy la sociedad ya no se divide en dos, ya no es hombre o mujer, hay una diversidad en la que cada uno se siente cómodo a su manera”, finalizó.
Diversidad étnica y migrantes
En la evaluación Aprender 2021, a los 22.699 participantes de 6° grado también se les preguntó si provienen de pueblos originarios. El 9,1% (2.065) dijo que sí y el porcentaje restante que no o no sabía.
En la pregunta ‘¿Tu mamá o tu papá son afrodescendientes?’, el 6,1% (1.384) dijo que sí y el número restante que no o no sabía.
Cuando se buscó saber ‘¿En qué país nacieron vos, tu/s mamá/s y tu/s papá/s?’, el 13% (2.950) de los estudiantes dijeron que tenían una composición familiar migrante y el número restante que no.
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