Especialistas explican la presencia de Hezbollah en las tres fronteras: «Hay un grupo relacionado, pero es muy pequeño y tiene poca influencia»

La Operación Trapiche de la Policía Federal (PF), que resultó en la detención de dos hombres acusados de pertenecer a Hezbollah y planear ataques contra sinagogas en Brasil, ha encendido las alarmas sobre posibles actividades terroristas en el país vecino, especialmente en el estado de Paraná, en la región de las tres fronteras con Paraguay y Argentina, donde hay muchas comunidades árabes establecidas. Sin embargo, expertos explican que, a pesar de la gravedad de la actual investigación, la más importante hasta ahora, nunca ha habido evidencia concreta en acusaciones anteriores de que estos lugares sean de interés especial para los grupos terroristas del Medio Oriente. Aun así, debido a la relevancia de Hezbollah como organización política en Líbano, no es difícil encontrar residentes en ciudades como Foz do Iguaçu y Ciudad Del Este que tengan alguna conexión con el grupo.

«El discurso tiende a ser muy oscilante, algunos dicen que todo (las acusaciones) es una invención de los Estados Unidos, mientras que otros generan alarma diciendo que hay una célula terrorista de Hezbollah escondida en las cataratas del Iguazú. Sí hay un grupo relacionado, pero es muy pequeño y tiene poca influencia, interesado en otras cosas», explica Fernando Brancoli, profesor de Relaciones Internacionales de la UFRJ, destacando que las principales evidencias de actividades criminales de estas personas son contrabando y lavado de dinero. «Hezbollah ganaría muy poco con un atentado en Brasil, que se niega a clasificar a la organización como grupo terrorista. Entonces, encontrarían un nuevo enemigo si llevaran a cabo un ataque». Además de la PF, las agencias de inteligencia estadounidenses han investigado la presencia del grupo terrorista en la triple frontera durante más de 30 años.

Según la investigación actual de la Operación Trapiche, los criminales estarían recopilando información sobre sinagogas y centros judíos que podrían convertirse en objetivos de ataques en represalia a los ataques de Israel en la Franja de Gaza. Debido a las numerosas casas de cambio y al fuerte flujo de mercancías que atraviesan las aduanas de los tres países, incluyendo mercancías ilegales como drogas y armas, la triple frontera sería una región atractiva para las organizaciones terroristas. Aunque nunca ha habido un atentado en Brasil, en 2018, el libanés Assad Ahmad Barakat fue arrestado en Foz do Iguaçu, acusado de lavar dinero para Hezbollah a través de casinos en Argentina.

Migración principalmente de sirios y libaneses

La migración de árabes a Brasil comenzó a fines de los siglos XIX y XX, inicialmente en los principales centros urbanos como Río de Janeiro y São Paulo, según Brancoli. Con el tiempo, especialmente por razones económicas, los grupos, en su mayoría descendientes de sirios y libaneses, se trasladaron a otras regiones, y muchos inmigrantes se establecieron en Foz do Iguaçu y Ciudad Del Este. Los ataques a la embajada de Israel y la Asociación Mutual Israelita-Argentina (Amia) en Buenos Aires en 1992 y 1994, que dejaron más de 100 muertos, marcaron las acusaciones de actividades terroristas en la región. Después del 11 de septiembre, el gobierno de EE. UU. situó definitivamente la triple frontera como un «punto caliente» de posibles células terroristas. Informes del Departamento de Seguridad de EE. UU. a menudo asocian a estas comunidades con actividades criminales como lavado de dinero, contrabando y tráfico de drogas.

«Hoy, Hezbollah es el grupo político más poderoso de Líbano, no solo es un grupo armado. En general, según personas de la Abin con las que he hablado, lo que existe en Brasil son actores muy específicos en el contrabando y un poco de lavado de dinero, sin una gran capacidad de actuación», afirma el especialista. La Operación Trapiche es la primera que presenta un grado de acusación tan grave en relación con Hezbollah. Sin embargo, Brancoli destaca que los hechos aún no están debidamente esclarecidos. La conexión con Hezbollah fue anunciada inicialmente por el gobierno de Israel, antes de cualquier confirmación oficial de la PF. Las declaraciones israelíes generaron críticas del ministro Flávio Dino.

«No veo esto como una invención (la operación), pero puede haber una sobrevaloración. Eduardo Bolsonaro, por ejemplo, hablaba repetidamente sobre Hezbollah en Brasil y su proximidad con facciones de tráfico en Brasil, lo cual nunca se ha comprobado. Hay un monopolio de una facción criminal brasileña en la triple frontera, que atrae a muchos contrabandistas. Entonces es inevitable que alguien termine trabajando para ambos lados. La principal conexión de la organización libanesa con una gran facción criminal brasileña estaría en la prisión, en 2018, en la triple frontera, de Elton Leonel Ruminich da Silva, el «Galán», que trabajaría para ambos grupos. Pero los expertos dicen que esto significaría más una actuación individual que una alianza.

Región poco relevante para el escenario del conflicto, explica experta

Isabelle Somma de Castro, investigadora del Núcleo de Investigación sobre Relaciones Internacionales de la USP y del Grupo de Investigación sobre la Triple Frontera de la Unila, afirma que las acusaciones de actividades terroristas en la región siempre surgen a raíz de la intensificación de los conflictos en el Medio Oriente.

«Se ha difundido todo tipo de acusaciones contra la comunidad local, que Osama bin Laden habría viajado por allí, que los terroristas tendrían campos de entrenamiento. Nunca ha habido comprobación de la actuación de terroristas en la región. Además de la falta de evidencias sólidas y creíbles, no hay una motivación clara para que grupos con objetivos nacionalistas palestinos y libaneses como los mencionados actúen en la región. Desde el punto de vista de estos grupos, no tiene sentido invertir recursos, que son escasos hoy en día, para mantener asociados en Brasil y perpetrar ataques en una región poco relevante para el escenario del conflicto.

Fuente: OGlobo