“El Camino de las Aguas Grandes”: una propuesta de integración cultural y derrame turístico desde Iguazú hasta Santa Ana

 “El Camino de las Aguas Grandes”: una propuesta de integración cultural y derrame turístico desde Iguazú hasta Santa Ana

 

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Este camino emula al Santiago de Compostela, y si trabajar se podria armar un programa de hermanamiento con el camino de los jesuitas.

La provincia de Misiones podría estar frente a un nuevo capítulo en el desarrollo del turismo cultural y espiritual gracias a la propuesta de Mario Antonowicz, quien impulsa la creación del “Camino de las Aguas Grandes”, una red de rutas pedestres que conectaría Cataratas del Iguazú con la Cruz de Santa Ana, inspirada en el emblemático Camino de Santiago de Compostela, en España.

La idea fue presentada por Antonowicz en 2022 como parte de un proyecto elaborado junto a la fundación «Yguazú Rape» comprometida con el rescate del patrimonio histórico y natural de la región. “Tenemos todas las posibilidades de tener nuestro propio camino”, afirmó el autor del proyecto, destacando que Puerto Iguazú sería el punto de partida y figura convocante de este trayecto cargado de historia y sentido espiritual.

Un camino internacional con historia profunda

El “Camino de las Aguas Grandes” no solo recorrería pueblos de Misiones, sino que nacería como una propuesta de integración internacional, ya que podría iniciar en las catedrales de Ciudad del Este (Paraguay) o Foz de Iguazú (Brasil), permitiendo a los caminantes ingresar a Argentina por Puerto Iguazú, recorriendo etapas definidas hasta llegar a Santa Ana, el punto final del trayecto y sede del centro administrativo del recorrido.

Las etapas estarían diseñadas para ser caminables, con distancias que van desde los 18 hasta los 35 kilómetros por jornada. La primera parada sería en Puerto Iguazú, luego se avanzaría hacia el Parque Provincial Puerto Península, pasando por Puerto Libertad, Puerto Esperanza, Wanda, hasta desembocar en la Cruz de Santa Ana, epicentro espiritual y cultural del proyecto.

Recuperando el pasado para construir futuro

Antonowicz resaltó la rica historia de la región como uno de los pilares de esta iniciativa. Recordó que Puerto Iguazú tuvo una reducción jesuítica, llamada Santa María del Yguazú, que luego fue trasladada por los constantes ataques de bandeirantes y mamelucos. “En los registros jesuíticos figura esta reducción como una de las más antiguas”, señaló, ubicándola cerca de la confluencia de los ríos Iguazú y Paraná, en las inmediaciones de las cataratas.

Además, el proyecto contempla rescatar relatos, tradiciones y personajes históricos como el mensú del Alto Paraná, las rutas de la madera flotante, y los antiguos trenes que unían Puerto Esperanza con Puerto Libertad a fines del siglo XIX.

Infraestructura y participación comunitaria

El camino requerirá de mantenimiento, señalética, y servicios de alojamiento. Sin embargo, Antonowicz destacó que Misiones tiene una ventaja clave: la cercanía entre sus comunidades, lo que garantiza que un peregrino encontrará en cada etapa una casa, un hostal o un paraje donde descansar y reconectar.

La propuesta no es solo de turismo. Se trata de un llamado a activar la memoria, el espíritu y la cultura local, sumando a antropólogos, historiadores, chefs, baqueanos y habitantes de cada pueblo en la construcción de un proyecto colectivo.

Tres rutas con un mismo destino

Además del camino desde Cataratas, el proyecto contempla dos rutas alternativas:

  1. Desde las ruinas de San Cosme y Damián (Paraguay), pasando por Encarnación, Posadas y terminando en Santa Ana.
  2. Desde el Estado de Río Grande do Sul, en la ciudad de San Borja (Brasil), cruzando el río Uruguay e ingresando por Oberá y localidades cercanas.
  3. Y la ruta principal, que inicia en Ciudad del Este o Foz de Iguazú, pasando por Puerto Iguazú con destino a Santa Ana. 

Una apuesta al desarrollo regional sostenible

“Cuando le pido al Ministro de Turismo una política real, me refiero a esto: activar lo que ya está en nuestra historia y geografía, desarrollar el turismo cultural y espiritual como lo hacen en el mundo”, expresó Antonowicz con firmeza.

La propuesta del “Camino de las Aguas Grandes” se plantea como una oportunidad única para generar un derrame turístico real, que no se concentre solo en las Cataratas, sino que beneficie a decenas de pueblos con identidad, historia y calor humano.

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