Dicen que te cae encima

“El deber es lo que esperamos que hagan los otros”, definió Oscar Wilde. En Oberá acaban de detener a Luis Altamirano, un abogado que fue contratado por la administración de Pablo Hassan, en el marco de una causa de pedofilia. Y, de pronto, los que exigían saber cuánta aberración rodea a los Kiczka, ahora prefieren ignorar cuánta aberración rodea a Altamirano…
¿Cómo fue posible que durante más de veinte años unos cuántos adultos llevaran a varios menores de edad por los mil kilómetros que separan a Oberá de Buenos Aires sin que nadie viera ni sospechara nada?
Porque de eso estamos hablando. En la mañana del viernes 11 de abril Luis Altamirano Marín, de 32 años, fue detenido en su casa en Oberá. El juez federal Ariel Lijo, el mismo que casi llegó a ser parte de la Corte Suprema, investiga una red de pedofilia por la que ya había cinco detenidos. Uno es el exganador del programa de televisión “Gran Hermano” y productor de Telefé, Marcelo Corazza. Otro es Francisco Rolando ”Rolo Angelotti”, un cocinero y comerciante de Oberá que está sindicado como el cabecilla. Completan el quinteto Ignacio Mermet, Fernando Charpenet y otro misionero, el posadeño Leandro Aguiar. Están acusados de “asociación ilícita, trata de personas con fines de explotación sexual, promoción de la prostitución, abuso sexual, corrupción de menores y tenencia de imágenes de abuso sexual infantil”.
Según la fiscalía desde 1999 hasta 2023 estos tipos se dedicaron a llevarse menores de edad desde Misiones para prostituirlos en Buenos Aires. Y Altamirano fue arrestado porque está sospechado de ser parte de eso.
Altamirano, recibido de abogado, trabajaba en la municipalidad de Oberá.
¿Quién lo contrató? ¿Cuál fue el mérito profesional que lo puso por encima de los cientos de abogados matriculados en la ciudad?
El asunto es demasiado serio como para conformarnos con el operativo desmarque que se puso en marcha desde que Altamirano fue detenido. Esto amerita dar explicaciones.
Nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario. Nadie ”salpica” a nadie porque se puede estar cerca de un pedófilo sin saberlo.
Pero justo cuando en Posadas el oficialismo intenta hacer “un Kiczka” de cada opositor, le aparece un Altamirano en Oberá.
No es bueno escupir para arriba.
Dicen que te cae encima.
Walter Anestiades