El dolor es una experiencia personal que se ve afectada por factores biológicos, psicológicos y sociales, que tiene efectos adversos en el bienestar general de quien lo padece, por lo cual si una persona manifiesta una experiencia dolorosa, ésta debe ser respetada.
Cerca del 20 por ciento del dolor crónico es neuropático y con frecuencia se asocia a trastornos del sueño o alteraciones del ánimo y en América Latina, los cuadros frecuentemente asociados a dolor neuropático son: dolor lumbar con componente neuropático (34,2%); neuropatía diabética (30,4%); neuralgia post herpética (8,7%) y dolor neuropático como secuela postquirúrgica (6,1%).
La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP, por sus siglas en inglés), definió en 2020 que “el dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada o similar a la de daño tisular real o potencial”.
Se debe considerar que el dolor es la causa más frecuente de consulta médica, por esta razón, es importante entender que hay diferentes tipos y su clasificación se da de acuerdo con múltiples aspectos, como: duración, patogenia, localización, curso e intensidad, entre otros.
Dentro de los diversos tipos de dolor, es fundamental tener en cuenta que el dolor agudo o fisiológico se presenta como respuesta normal, y predecible del organismo frente a una agresión tisular.
Por tanto, es aquel que persiste mientras dura el proceso de curación o cicatrización de los tejidos, siendo de corta duración y de presentación contraria al dolor crónico, el cual permanece por más de 3 a 6 meses desde el momento de la agresión del tejido.
Asimismo, es primordial aprender a reconocer el dolor neuropático, que se produce por estímulo directo del sistema nervioso central o por lesión de vías nerviosas periféricas; y se describe como un dolor crónico de gran intensidad, que se asocia a comorbilidad y síntomas en otros ámbitos, entre los cuales está la alteración del sueño, trastornos psicológicos y la pérdida de la capacidad laboral.
Evangelina Melgar, médica psiquiatra del Sanatorio Adventista del Plata de Entre Ríos, y Coordinadora de la Clínica de Fibromialgia del Instituto de Neurología Cognitiva de Buenos Aires (INECO) afirmó que se estima que en Latinoamérica, el dolor neuropático afecta a entre el 2 y el 3% de la población.
“Quince de cada 100 consultas son por dolor neuropático y, si bien entre las principales causas que lo provocan fundamentalmente están la diabetes y alcoholismo, un dolor que se extiende en el tiempo genera un estrés crónico, que produce una reacción interna que puede generar -en una persona con una vulnerabilidad- un cuadro de depresión reactivo al dolor crónico”, indicó.
Fuente: Primera Edición