En su apuro por escapar y ponerse a salvo, se dirigió a la parada de colectivos porque vio que se encontraba un chico. Le contó lo que estaba ocurriendo y el joven, al tomar conocimiento de la situación, “me dijo que me ponga detrás de él”, indicó.
Tres disparos
Sin embargo, eso no fue suficiente para que Rivero frene su accionar, ya que ejecutó un disparo que impactó primero en el brazo del joven para luego atravesar el brazo izquierdo de la madre de sus hijos, que ocasionó la fractura del húmero.
En esas circunstancias, la mujer mencionó que “el chico salió a correr y yo caí. Cuando estaba en el piso, él (Rivero) me tiró dos veces más y después salió corriendo”.
Respecto a los siguientes minutos de haber recibido los tres disparos, expresó entre lágrimas que “mi cuerpo no lo sentía. Escuchaba los murmullos de la gente y nada más. Recuerdo que llegué al hospital y no recuerdo más nada”.
Por otro lado, De Souza narró que “me sentí amenazada por él toda la vida. Siempre me amenazó y me decía que tenía que estar con él”. En ese punto, la mujer enfatizó que las primeras violencias las recibía cuando “los chicos dormían o no estaban”, pero que en el último tiempo de convivencia lo hacía “hasta con los chicos presentes”.
Respecto a la consulta de los abogados querellantes Ariel Pianesi y Santiago Larrea sobre si ella creía que el hecho fue planeado o improvisado, la mujer expresó que “creo que fue premeditado, porque él quería que yo esté sola, que no haya testigos”.
En otro momento de su testimonio, la mujer contó que luego de milagrosamente recuperarse de las lesiones de los disparos, que provocaron que hasta esté en terapia intensiva, “al año me amenazó, diciendo que iba a ocurrir lo peor si no llevaba al más pequeño a verlo en la cárcel”.
Finalizada la jornada, el debate oral entró a un cuarto intermedio hasta la próxima semana, debido a que el magistrado Carlos Dejesús Cardozo, quien preside el tribunal de la causa, presenta problemas de salud que lo imposibilitan poder presenciar el resto de las jornadas previstas en la semana.
Se presume que tiene un cuadro de dengue, pero esto deberá ser corroborado con los correspondientes estudios.
Por lo tanto, quedan pendientes los testimonios de Arnaldo Dos Santos -el joven que fue herido producto del primer disparo ejecutado por Rivero-, de los peritos que actuaron en las tareas de rigor y de la psiquiatra que entrevistó al acusado.
Fuente: El Territorio