“Algunos aceites de cannabis que circulan en el mercado no tienen nada de CBD”

Así lo señaló Emiliano Díaz de Misio Pharma SE. La empresa misionera, además de la producción, también analizan otros aceites del mercado convencional. «En algunos aceites hemos encontrado THC, que todavía no está autorizado, y otros no hay ningún tipo de cannabinoides, que son necesarios para atender las patologías», dijo.
El ingeniero químico Emiliano Díaz, referente de la producción de cánnabis medicinal en la empresa estatal Misio Pharma SE, pasó este jueves por el estudio de FM 89.3 Santa María de las Misiones donde explicó el proceso productivo que hay detrás de la elaboración del aceite medicinal a base de esta planta, herramienta fundamental en la atención de algunas patologías.
Actualmente, la producción de aceite de cannabis medicinal de Misio Pharma se destina al tratamiento de las personas que sufren epilepsia refractaria. “Entregamos cerca de 300 frascos al mes al ministerio de Salud Pública. Las personas que sufren una patología de epilepsia refractaria, tiene que acercase al FAPS de la Farmacia Central de la provincia con su receta, rellenar un formulario y podrán adquirir este medicamento de manera gratuita“, indicó.
Cabe destacar que la epilepsia afecta a entre el 1% y el 2% de la población nacional, y de estos pacientes, entre el 20% y el 25% sufren epilepsia refractaria, es decir, que no responde a los tratamientos tradicionales. Es ahí donde entran los medicamentos con cannabidiol (CBD), una molécula extraída de la planta de cannabis que ha mostrado resultados prometedores en estas patologías.
“El aceite que nosotros elaboramos es una solución oral al 10% del CBD“, cumpliendo con la concentración según marca la Ley actual. Además, el producto tiene otros agregados “ya sean aditivos como saborizantes, aceites naturales y demás“, siempre en una ínfima proporción para no alterar el efecto calmante del cannabidiol, explicó el ingeniero químico.
Señaló además que otro de los requisitos de la composición de estos aceites, para que tenga un efecto terapéutico, “es que no tenga THC, que es el tetrahidrocannabinol, lo que hoy en día es declarado como el estupefaciente de la planta“. De todas maneras, explicó que el THC también tiene beneficios medicinales en ciertas formulaciones y cantidades, que pueden ayudar a tratar dolores neuropáticos entre otras patologías. “La combinación de THC-CBD sirve y es hoy en día utilizado en otros países para los dolores por ejemplo“, dijo.
“Es lo que nosotros esperamos, que la Ley nacional madure en ese sentido y se pueda llegar a elaborar este tipo de medicamentos destinados a esta patología, pero depende la ley, que establece hoy que el medicamento que se utiliza para la epilepsia refractaria tiene que tener menos del 0,3% de THC. Para otro tipo de patología sí se va a necesitar seguramente otro porcentaje de THC, pero para eso se tiene que aprobar la elaboración de este tipo de medicamentos, y eso se logra con ensayos clínicos e investigaciones”
Por otra parte, comentó que ya solicitaron una auditoría con la ANMAT para conseguir la habilitación nacional, además de la provincial con la que ya cuentan, con la cual “podríamos vender y distribuir en las góndolas de la farmacia nuestros productos. Eso nos va a demandar una gran producción y por lo tanto una mayor escala del proceso productivo”
Atención con otros aceites
En otra parte de la entrevista, Emiliano Díaz contó que durante estos años, “también fuimos analizando otros aceites que hoy en día están circulando en la sociedad, y observamos que tenían una gran cantidad de aceites de césame, o de coco, o saborizantes, pero no tienen nada de CBD“.
“Todos los aceites que hoy en día circulan en el merado convencional, sin receta médica ni nada de eso, no tienen CBD, entonces funcionan como placebo, por así decirlo“, agregó.
Explicó que, desde su punto de vista, esto se puede deber a la gran cantidad de materia prima que se necesita para elaborar un frasco de aceite medicinal. “La demanda es tan alta que al productor (de estos otros aceites) no le da la capacidad para poder cultivar tanto, ya que hoy en día el Reprocrann (Registro del Programa Cannabis) permite a una persona registrada cultivar hasta nueve plantas, y eso no nos da 10 kilos de materia prima para procesar“.
Asimismo, informó que Misio Pharma también ofrece la posibilidad a cualquier persona de llevar un frasco de aceite de cannabis medicinal que haya comprado en el mercado no formal, para que ellos puedan analizar que contiene exactamente. “Nosotros vamos detectando los distintos aceites que hay en el mercado y alertando a la sociedad que no cumplen con los requisitos que tienen que cumplir, entonces si la sociedad detecta alguno y necesita saber si tiene la concentración de CBD adecuada o la calidad del producto, lo podemos analizar y dar aviso de si cumple o no con lo que debería”
“En algunos aceites por ejemplo hemos encontrado contenido de THC, que todavía para lo que es epilepsia no está autorizado, y en otros donde no se ve ningún tipo de cannabinoide detectado, eso quiere decir que podemos llegar a tener solamente aceites o saborizantes, y no los cannabinoides que son necesarios para atender esta patología“, cerró.
El proceso de elaboración y una posible red de productores
El proceso para la producción del cánnabis medicinal inicia con la cosecha de las “flores”, “estas tienen algo que se llama tricomas, que almacenan los componentes activos que se utilizarán después en la elaboración y formulación del medicamento. Las flores, así como se cosechan tienen humedad, por lo que se tiene que almacenar al vacío para que no se contaminen con hongos u otros agentes que puedan alterar la materia prima. Entonces se cosecha, se envasa al vacío y eso se almacena, después ingresa al proceso de producción que es la extracción de aceite con solvente“.
Destacó además que están estudiando alternativas para aprovechar todas las partes de la planta, desde las hojas hasta el tallo y las raíces. “Las raíces pueden servir como fitorremediación del suelo contaminado, reteniendo metales pesados del suelo, o el tallo, que tiene la mayor cantidad de fibra, puede destinarse a distintos materiales de construcción. En España, por ejemplo, la fibra de cáñamo se utiliza para la elaboración de un producto que son aislantes térmicos y acústicos”, detalló.
“Eso es lo que estamos evaluando y tratando de hacer, ser constituidos como una empresa sustentable que aprovecha y valoriza el residuo que se genera, aplicado a la misma economía circular de la empresa“, continuó.
Hoy en día, la Biofábrica tiene cultivos tanto “indoor” como “outdoor”, abarcando este último tres parcelas de 800 metros cuadrados por cada plantación. La principal diferencia es el control de las variables que permiten estas, y que permite la empresa estudiar cuál es la mejor alternativa para desarrollar la plantación y producción. “Nosotros logramos en el outdoor tener resultados muy importantes y significativos en lo que es la producción primaria, y eso nos da esperanza de que, planificando en un futuro una gran cantidad de cultivo de cannabis sativa para lo que es la elaboración de productos medicinales, nos va a garantizar una buena extracción y por lo tanto una buena cantidad de aceite en el producto final”
En ese sentido, indicó que con un lote de producción, que consiste en 10 kilos de materia prima seca, alcanza para producir alrededor de 350 frascos de 10 mililitros de aceite de cannabis. Precisamente, “en principio estamos entregando 300 frascos por mes al Ministerio”, que luego son distribuidos de manera gratuita a los pacientes registrados.
La intención para este 2023 es ampliar la escala de producción, “todo dependiendo de cómo responda el mercado, que la gente se inscriba, que pueda tener este medicamento gratuito, y en base a eso también a cómo respondan a los otros productos que vamos elaborando“, señaló.
En esa expansión podría tener un rol clave el desarrollo de una red de productores de platas quienes puedan proveer a la empresa de la materia prima. “Creo que ese va a ser el horizonte a un futuro. Si bien ahora se está por reglamentar la ley 27.699 (que regula el funcionamiento del sector y también lo controlará), eso nos va a permitir que el productor pueda cultiva cáñamo y ofrecer a las empresas privadas para su aprovechamiento“
Primera eDICIÓN