Las razones por las que Puerto Iguazú se convirtió en una “isla comercial”
Debido a las ventajas cambiarias, los extranjeros «vacían» los comercios. ¿Una oportunidad temporal o una variable que llegó para quedarse?
Disertación del Economista Damián Di Pace: Una charla sobre Micro y Macroeconomía
Otros sectores
La situación de frontera también impulsó la actividad en otros sectores económicos. Los extranjeros aprovechan para cargar sus autos con combustible, realizar cambios de aceite y, en algunos casos, incluso realizar reparaciones. Además de los supermercados y comercios, los negocios barriales también experimentan un aumento de la demanda por parte de los visitantes extranjeros. Marcos Pozzi, propietario de un almacén en el barrio Malvinas de Puerto Iguazú, señala que diariamente reciben clientes provenientes de los países vecinos en busca de productos como azúcar, aceite, aceitunas y harina.
Además del sector odontológico, otros profesionales también se benefician de esta situación.
Comercios de cercanía
La afluencia de turistas y compradores extranjeros generó una mayor demanda de servicios en diferentes áreas. En este sentido, se destaca el crecimiento de los negocios barriales, como almacenes y corralones de materiales de construcción.
Este fenómeno comercial no se limita solo a Puerto Iguazú. Según el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de la ciudad, Rodrigo Blanco, la mayoría de las ciudades fronterizas de la provincia de Misiones se encuentran en una situación similar, beneficiadas por el flujo de turistas y compradores extranjeros, impactando además en el empleo en Puerto Iguazú.
En ese sentido, Blanco admite que hay escasez de personal en algunos rubros, aunque el mayor impacto se da en los supermercados y los comercios en general, además del amplio sector turístico y sus servicios relacionados.
La industria hotelera registra constantes visitantes. Los hoteles en Puerto Iguazú están con un incremento significativo en la ocupación, lo que llevó al sector a contratar más personal para recepción, limpieza y gastronomía, algo similar a lo que sucede en restaurantes y bares de la ciudad, que incorporan cocineros, camareros y personal de atención al cliente.
Impacto en el transporte
El transporte también crece. La llegada de turistas y compradores extranjeros aumenta la demanda de servicios de transporte terrestre y fluvial en la región. Empresas de taxis, remises y servicios de traslados incrementan su flota y contratan más conductores para cubrir la demanda.
Las voces coinciden: este panorama de pleno empleo y crecimiento económico en Puerto Iguazú generó un impacto positivo en la calidad de vida de los residentes locales. El aumento en la actividad comercial dinamizó la economía local, generando mayores ingresos y oportunidades laborales para la comunidad. Aún así, dicen, existen desafíos que acompañan este crecimiento. El incremento en la demanda de empleo llevó a un aumento en los precios de alquileres y viviendas en la zona, lo que genera dificultades para aquellos que buscan acceder a una vivienda en la ciudad. Otro punto, es el mayor tráfico y congestión vehicular en la ciudad, dicen.
Pocos compradores “del otro lado”
La disminución en la afluencia de compradores argentinos generó un impacto significativo en el comercio de Foz de Iguazú (Brasil), Ciudad del Este y Presidente Franco, en Paraguay. Estas ciudades, ubicadas en la frontera con Puerto Iguazú, solían recibir a numerosos turistas argentinos en busca de productos a precios más accesibles. Sin embargo, en los últimos meses, las ventas cayeron de manera considerable, especialmente en las estaciones de servicio y las grandes cadenas comerciales, que disminuyeron sus ventas en más del 50 por ciento, aunque los negocios de ropa y zapatos parecen ser una excepción a esta tendencia. Raúl Kamal, propietario de un negocio de este rubro en el centro de la ciudad brasileña, comenta que «los argentinos se acercan a los negocios de ropa y zapatos. Es lo único que compran porque, por motivos que desconocemos, los precios aquí son más baratos que en Iguazú».
Por otro lado, las grandes cadenas de supermercados no están recibiendo la presencia habitual de argentinos. El gerente del supermercado Mufato, Alex Zouto, afirma que «el cambio no nos favorece. Los argentinos no vienen a comprar. Las ventas han bajado hasta un 50%». Esta situación se repite en otros rubros, donde tanto las estaciones de servicio como otros comercios han experimentado una disminución en la presencia de automovilistas argentinos e incluso paraguayos, y ha bajado también la afluencia de brasileños. Según Anamaría Vitrox, encargada de una estación de servicio Shell ubicada a pocos kilómetros de la frontera, «los automovilistas brasileños y paraguayos pasan de largo hacia Puerto Iguazú. Cargan combustible allí y muchos, de manera clandestina, cruzan la frontera con bidones de nafta y gasoil»
Fuente: ambito