Desde fines del año pasado se registraron situaciones preocupantes que involucraron a personas pertenecientes a comunidades mbya guaraní. Más allá de las denuncias hechas por los pueblos por conflictos con el uso de las tierras, se sumaron intervenciones para cuidar a los niños indígenas que recorren calles pidiendo dinero o vendiendo productos. Además, aumentan las situaciones de violencia y el consumo de drogas en jóvenes guaraníes. Todo esto lo dialogaron durante tres días en un encuentro entre caciques en la zona de Cuña Pirú en Aristóbulo del Valle.
En diálogo conPRIMERA EDICIÓNel cacique de la comunidad Fortín Mbororé de Puerto Iguazú, Silvino Moreira, comentó sobre este encuentro: “Estuvimos reunidos unos 30 caciques para tratar los problemas que están surgiendo”.
Entre las preocupaciones presentes, mencionó que “la regularización de las tierras es uno de los puntos principales, porque muchas comunidades aún están en espacios privados”. En este sentido, señaló que “se necesita trabajar en conjunto con el Estado provincial para solucionar esto”.
De la misma forma, contó que previamente “tuvimos una reunión con la ministra de Derechos Humanos, la directora de Asuntos Guaraníes, con representantes de la Justicia, así como con representantes de la Secretaría de Niñez y Adolescencia”. Entre los problemas tratados indicó que “hay familias con niños en la calle y el objetivo no es prohibir que puedan vender sus productos, sino que los chicos queden en sus casas, al cuidado de adultos, para evitar que corran riesgos en la ciudad y en las calles”.
Moreira analizó que “cuesta hacer entender a nuestros hermanos porque no se trata de prohibirles que viajen o que quieran quitarles a los niños, sino que vuelvan a las comunidades y que los padres entiendan el peligro que corren los chicos pidiendo monedas en las calles”.
Este cacique comentó que “la Justicia está muy fuerte en la defensa de los niños, niñas y adolescencia, pero en las comunidades tenemos nuestra forma de tratar con los chicos y mantener también nuestra autoridad. Esto es algo que debemos hablarlo con la Justicia, porque tenemos nuestras reglas. Por ejemplo, algunos chicos mayores de 15 años que son desobedientes reciben tareas dentro de la comunidad”.
A pesar de estas medidas tradicionales, lamentó que “hay chicos que salen a la calle y cuesta traerlos de nuevo a las comunidades para que tengan su castigo. Es un tema a hablar para evitar que caigan en la droga y otros vicios, lo cual lamentablemente está pasando en distintos municipios. En Iguazú tenemos graves problemas con este tema”.
Como medida para paliar las necesidades indígenas relató que “hace dos meses se reactivó el Consejo de Caciques para empezar a trabajar con todas las comunidades de la provincia”. A través de este tipo de instituciones “podemos organizarnos para presentar pedidos en conjunto, tanto al Gobierno provincial como al nacional”, agregó.
La necesidad de trabajar en equipo
El cacique de Fortín Mbororé, Silvino Moreira, consideró que para resolver las necesidades de las comunidades mbya de Misiones “es necesario un trabajo en equipo, donde también deben involucrarse organizaciones no gubernamentales, las iglesias y otras entidades para abordar estos problemas que van surgiendo”.
Para obtener resultados y mantener vivas las tradiciones de los pueblos originarios en la actualidad opinó que “hay que fortalecer a los caciques y la espiritualidad a través de los roles de los ancianos y ancianas, que son nuestros sabios”.