Rodrigo Blanco reconoció los desafíos del comercio en Iguazú y pidió profundizar las políticas de alivio fiscal
En Iguazú, el comercio está estrechamente ligado al turismo y al movimiento de visitantes en la frontera. Sin embargo, los vaivenes económicos, la situación cambiaria y la competencia con países vecinos presentan constantes desafíos. Hoy dialogamos con el Presidente de la Cámara de Comercio de Iguazú para conocer de cerca cómo se encuentran las ventas, cuáles son las principales preocupaciones del sector y qué perspectivas tienen para los próximos meses.
Rodrigo Blanco, reconoció que el sector atraviesa un momento delicado, aunque aclaró que no se trata de una situación inesperada. “Sin duda, no estamos pasando por el mejor momento, pero tampoco nos toma desprevenidos. Ya sabíamos que con el cambio de rumbo de la política macroeconómica, las ciudades de frontera íbamos a enfrentar un panorama distinto”, señaló a Radio Yguazú Misiones.
Puerto Iguazú, como ciudad turística y fronteriza, se ve directamente afectada por las asimetrías cambiarias con Brasil y Paraguay. “Dependemos mucho de esa diferencia, y hoy la realidad nos golpea de lleno”, explicó Blanco, quien recordó que ya desde diciembre de 2023 la Cámara viene trabajando junto a las demás entidades empresariales de Misiones y la Confederación Económica provincial para plantear alternativas.
Uno de los puntos centrales es la presión tributaria. Según indicó, «antes, como había tanta diferencia, uno podía, por así decirlo, disfrazar los efectos de la inflación y de la presión tributaria- Pero hoy, en un contexto donde la inflación mensual se ubica alrededor del 2%, los impuestos que rondan entre un 1 y 3% afectan mucho”. En este marco, valoró las recientes medidas adoptadas por la Agencia Tributaria de Misiones (ATM), aunque consideró que son insuficientes: “Se necesita profundizar las políticas de alivio fiscal, no solo en cuestiones comerciales, también en lo laboral. La flexibilización es fundamental para recuperar competitividad frente a países vecinos, donde los tributos laborales son mucho menores”.
Respecto a los sectores más afectados, Rodrigo hizo hincapié en los comercios de alimentos: “Los supermercados están atravesando un momento muy duro. Los productos comestibles en Brasil se consiguen a mitad de precio, y eso nos deja en una posición muy complicada. No es que el comerciante cobre caro porque quiere, sino porque el producto llega con un costo elevado desde Buenos Aires y con múltiples barreras en el camino”.
Asimismo, señaló que, «la gente que trabaja en la frontera, que invierte o pone un negocio, sabe que las reglas de juego pueden cambiar. Hay muchos negocios que desaparecieron, como ser los grandes depósitos que traían uno, dos o tres artículos para la venta exclusivamente a Brasil y Paraguay. Esos negocios, por supuesto, cerraron la persiana».
Lo más preocupante es la situación de quienes llevan años apostando a Iguazú. “Son los comercios locales instalados desde hace tiempo los que más sienten el impacto”, sentenció.
Comercio en Iguazú: “Debemos diferenciarnos por la calidad y no depender solo de la diferencia cambiaria”
Además, Blanco, advirtió que la situación económica exige a los comerciantes locales adaptarse a nuevas reglas de juego. “En Argentina tenemos todos los costos mucho más altos, y nuestra competencia directa está principalmente en Brasil y Paraguay. Eso obliga a todos a ajustarnos”, expresó.
Si bien algunos rubros como el comercio exterior muestran buen movimiento, reflejado en la constante circulación de camiones en la zona, otros atraviesan más dificultades.
“Lo que debemos hacer en Iguazú es diferenciarnos por la calidad de lo que ofrecemos. La gastronomía, sin duda, que ofrece un producto de calidad, atrae tanto a turistas como a vecinos de la región”, destacó.
Y reconoció que el proceso de adaptación llevará tiempo y que la incertidumbre política y económica nacional agrega preocupación. “Estamos en un momento de inflexión. No sabemos qué va a pasar después de septiembre y octubre, pero el comerciante y el empresario de Iguazú tienen resiliencia y están acostumbrados a los cambios. Tratamos siempre de acomodarnos”, señaló.
En cuanto al movimiento turístico, dijo que «no fue una temporada de las mejores, pero sí hay movimiento de gente, que eso es lo que queremos destacar.
También, mencionó la llegada del visitante número un millón en agosto, dos meses antes que el año pasado. Sin embargo, aclaró que ese crecimiento no se traduce en un verdadero despegue económico. “Hoy se observa un cambio en la dinámica: muchos turistas vienen a hacer compras y de paso visitan Cataratas, y no al revés, como sucedía antes. Tenemos que adaptarnos a este nuevo perfil de visitante, incentivar que pernocte en Iguazú y que consuma en la ciudad”, concluyó.
