Las autoridades del estado de Paraná han reforzado las medidas para contener la propagación del virus.
El primer caso de mpox, anteriormente conocida como viruela del mono, fue confirmado en Foz de Iguazú, Brasil, según informó la Secretaría de Salud del Estado de Paraná (Sesa). Este diagnóstico genera preocupación debido al constante flujo de personas en la triple frontera que conecta Brasil con Argentina y Paraguay. Con este nuevo caso, el número de infecciones confirmadas en el estado de Paraná asciende a 20 en lo que va del año, con registros previos en ciudades como Curitiba, Londrina y Arapongas.
Las autoridades brasileñas reforzaron las medidas de prevención y vigilancia epidemiológica ante el resurgimiento de casos. Aunque en 2022 Paraná alcanzó un pico de 296 contagios, en 2023 la cifra se redujo a 42, pero los recientes brotes en áreas urbanas activaron un estricto protocolo sanitario. Dicho protocolo incluye el aislamiento de los infectados y el rastreo de sus contactos cercanos para evitar la propagación del virus.
La mpox se transmite principalmente por contacto directo con lesiones en la piel de personas infectadas, aunque también puede contagiarse a través de objetos personales contaminados, como ropa o sábanas. Los síntomas más comunes incluyen fiebre, dolores musculares, inflamación de ganglios linfáticos y erupciones cutáneas que comienzan en el rostro y se extienden por el cuerpo. Los diagnósticos se confirman mediante pruebas de laboratorio procesadas en el Laboratorio Central del Estado (Lacen) de Curitiba.
Desde marzo de 2023, el estado de Paraná recibió más de 3.100 dosis de la vacuna contra la mpox, con prioridad para grupos de riesgo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que entre los más vulnerables están los trabajadores de la salud, las personas que viven con infectados, quienes tienen múltiples parejas sexuales y los trabajadores sexuales. El objetivo es contener el virus, especialmente en zonas de alto tránsito como Foz de Iguazú.
En agosto de 2024, la OMS declaró la mpox como una Emergencia de Salud Pública tras la detección de una variante en África que provocó un aumento en los contagios a nivel global. En respuesta, el estado de Paraná implementó medidas más estrictas, como la notificación inmediata de casos y el uso obligatorio de equipos de protección personal para el personal sanitario.
Las autoridades destacan la importancia de la notificación rápida de los casos para frenar la expansión del virus. En áreas de alto riesgo como Foz de Iguazú, la vigilancia epidemiológica y la sensibilización pública son fundamentales para proteger la salud de la población ante el aumento de contagios.