Movilización científica y rechazo al cierre del INMeT en Puerto Iguazú

 Movilización científica y rechazo al cierre del INMeT en Puerto Iguazú

El anuncio del cierre del Instituto Nacional de Medicina Tropical (INMeT) con sede en Puerto Iguazú, Misiones, provocó una contundente reacción de la comunidad científica, trabajadores de salud pública y referentes académicos que se movilizan en defensa del organismo, clave para la investigación y prevención de enfermedades tropicales en Argentina y la región.

La decisión, dispuesta por autoridades nacionales, ha sido calificada como arbitraria y falaz por investigadores y profesionales del sector. En una carta pública, el Dr. Daniel Salomón, uno de los impulsores del proyecto, desmintió los argumentos oficiales utilizados para justificar el cierre, que apuntan a una supuesta falta de impacto clínico y sanitario. “Se trata de una nueva señal de retroceso en salud pública y una muestra de desmantelamiento del Estado en áreas estratégicas”, afirmó.

Según el comunicado oficial, el INMeT no habría alcanzado un posicionamiento adecuado por limitar su accionar a tareas de capacitación e investigación básica, sin implementar acciones concretas de prevención o tratamiento. No obstante, la evidencia contraria es abrumadora.

Más de una década de producción científica y formación

Desde su creación, hace más de 14 años, el INMeT:

  • Publicó 286 artículos en revistas científicas internacionales, 32 capítulos de libros, editó 16 textos técnicos y generó 36 tesis finalizadas (con otras 15 en desarrollo).

  • Actualmente, ejecuta 42 proyectos con financiamiento externo, centrados en diagnóstico, prevención y vigilancia de enfermedades como leishmaniasis, fiebre amarilla, hantavirus, tuberculosis en fauna silvestre, enteroparásitos urbanos y rurales, entre otros.

  • Colaboró activamente con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en la redacción de guías técnicas y planes de acción internacionales para el control de enfermedades desatendidas.

  • Fue reconocido por la OPS como centro de referencia en vigilancia y control de leishmaniasis, y lideró capacitaciones regionales avaladas por organismos como el TDR-OMS y el IDRC de Canadá, con participación de especialistas de Reino Unido, Estados Unidos, Brasil, España, Italia, Paraguay, Bolivia y Uruguay.

Una visión federal y estratégica de salud pública

El INMeT fue concebido como un instituto estratégico, ubicado en la Triple Frontera, una región clave por su alta biodiversidad, circulación de enfermedades tropicales y tránsito internacional de personas y bienes. Desde allí, se impulsó un enfoque ecoepidemiológico, es decir, centrado en las interacciones entre ambiente, vectores y comunidades, adaptado a los desafíos sanitarios locales.

En contraposición con la visión clínica individualista promovida en el informe oficial, Salomón explicó que el INMeT no tenía como función principal el diagnóstico médico convencional, sino el análisis de procesos epidemiológicos para informar políticas públicas de prevención y control. “Relegar su tarea por no brindar atención clínica directa es caer en una mirada mercantilista de la salud”, señaló.

Falacias oficiales y falta de gestión

Uno de los argumentos utilizados para justificar el cierre fue la supuesta inacción o subutilización de las instalaciones, pero según se denunció, esto se debe en gran parte a la imposibilidad de ampliar el plantel técnico por restricciones normativas impuestas desde el gobierno nacional. “Se presentaron múltiples pedidos para incorporar personal a medida que se inauguraban nuevas áreas del edificio, pero nunca hubo respuesta”, denunció el científico.

Además, destacó que el instituto fue auditado en varias oportunidades y presentó informes de gestión y cumplimiento de metas que fueron avalados oficialmente.

Movilización en defensa de la salud pública

El cierre del INMeT no solo implica el abandono de una millonaria inversión en infraestructura y recursos humanos, sino también la pérdida de una plataforma científica federal que posicionaba a Argentina en un lugar destacado de la vigilancia en salud tropical, y una amenaza directa a la continuidad de políticas sanitarias preventivas en el Norte argentino.

“Esta disolución atenta contra un modelo de Estado inclusivo y con visión estratégica de salud pública. Es también un golpe al esfuerzo de quienes apostaron por el proyecto, se radicaron con sus familias en Iguazú y trabajaron por una Argentina más equitativa”, concluyó Salomón.

La comunidad científica y sanitaria se prepara para una serie de acciones de visibilización y reclamo, con el objetivo de revertir la decisión y defender el rol de la ciencia al servicio del bien común. En la región, ya se inició una movilización con apoyo local, nacional e internacional, que buscará poner en agenda la importancia del INMeT para la soberanía sanitaria argentina.

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1 Comentarios

  • Porque destruir todo…
    Mucha gente deja su esfuerzo y conocimiento ahí…
    Que tristeza

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