“Me paré en el freno, pero ya era tarde”: el estremecedor relato del chofer del colectivo que cayó al arroyo Yazá
La tragedia del arroyo Yazá marcó un antes y un después en la historia vial de Misiones. En apenas unos segundos, la madrugada del domingo se convirtió en una pesadilla: el colectivo de la empresa Sol del Norte terminó sumergido en el arroyo, nueve jóvenes perdieron la vida y 29 personas resultaron heridas.
Entre los sobrevivientes se encuentra Nicolás Tarnowski (30), el chofer del colectivo, quien aún intenta asimilar lo ocurrido. Su relato, cargado de angustia, revela la impotencia de esos instantes fatales.
> “Lo vi venir de frente y me paré en el freno, pero ya era tarde. Me pegó de lleno y me tiró al arroyo”, contó con la voz entrecortada, recordando cómo el Ford Focus, que zigzagueaba sobre la cinta asfáltica, se le vino encima sin darle oportunidad de reaccionar.
Detrás del volante del auto iba Rafael Gonzalo Ortiz Jordán (34), obereño, quien —según confirmó la autopsia— conducía con 3.0 gramos de alcohol por litro de sangre, seis veces más de lo permitido por ley. Una cifra que explica la violencia del impacto y el caos que desató.
Tarnowski, que dio negativo en el test de alcoholemia, solo atinó a maniobrar para evitar la colisión, pero el golpe fue inevitable. El colectivo rompió la baranda del puente y cayó al cauce del Yazá, donde el silencio posterior al estruendo se mezcló con los gritos de auxilio.
El conductor permanece bajo atención médica y psicológica, profundamente afectado por la tragedia. “Hice todo lo que pude”, habría repetido entre lágrimas, según contaron quienes lo asistieron tras el rescate.
Mientras tanto, el dolor envuelve a Misiones. En Oberá, Eldorado y otras localidades del norte, cientos de personas encendieron velas y elevaron oraciones por las víctimas. La tragedia del Yazá no solo dejó un vacío imposible de llenar, sino también un mensaje que resuena con fuerza: el alcohol al volante mata, y las consecuencias son irreversibles.
Redacción: Victor Galarza


