El profesor de canto o técnicas vocales denunciado el mes pasado por haber abusado sexualmente de una adolescente de 17 años y que fue su alumna en el taller del Parque del Conocimiento que encabezaba, fue licenciado de sus funciones durante seis meses por decisión de las autoridades respectivas de la repartición estatal.
“Sin goce de haberes por el período mencionado y a disposición de la Justicia”, confió una fuente de la institución pública a PRIMERA EDICIÓN. El beneficio le fue otorgado formalmente el viernes 2 de febrero, dos días antes que este Diario publicara, en exclusiva, el caso denunciado y que se instruye ante el juez Miguel Mattos.
Se investiga un caso de abuso sexual con acceso carnal agravado, porque habría sido cometido por un profesor y con la víctima menor de edad y de resultado gravemente ultrajante. La denuncia detalla que fue cometido en 2017, pero agrega que la situación se contextualiza por diez meses previos de “acoso y grooming” ejercido por el mismo acusado, quien además de coach de técnicas vocales y musicales, es abogado matriculado y recibido en Misiones.
Testimonio
Este medio entrevistó el lunes a la víctima y denunciante, Delfina Spagnolo, quien decidió contar lo que sufrió en primera persona: “En 2017 comenzó todo en el Parque del Conocimiento cuando comencé a tomar las clases con este coach vocal que trajo una técnica nueva para la provincia. Yo tenía 17 años y estaba en quinto año del colegio secundario. Para todos él era un tipo muy simpático, muy cercano y amigo de sus alumnos”.
“El taller se daba dos veces por semana. Una clase en el Parque del Conocimiento y la otra en el Museo Cambas (Villa Sarita). Apenas comencé a ir me llegaron los mensajes y me parecía raro pero pensaba que no rompía el respeto. De igual manera comencé a notar rara la situación cuando me envió un mensaje a la madrugada que yo lo leí recién a la mañana antes de ir al colegio. Ahí me dijo que tuvo un sueño que no me podía contar porque era de índole sexual y me involucraba a mí en esa situación. Decía que le daba vergüenza porque yo era su alumna y yo no debía provocarlo”.
“Después esto se transformó en un patrón de conducta. Acoso constante, culpar a la víctima menor de edad. Duró muchos meses, casi un año, desde marzo a diciembre”.
Spagnolo aseguró que “lo más grave fue el abuso con acceso carnal. Me preguntan por qué acepté ir a la casa y yo fui porque pensaba que se iba a disculpar y a darme una explicación y no a hacer lo que me hizo después. Además él insistía en que me iba a contar cómo seguir en Buenos Aires porque ya me estaba por ir a estudiar allá y él me iba a hablar de los recursos allá para continuar con mi sueño”.
“Yo quería creerle que todo fue un malentendido, que él no había sido un perverso y que lo que me hizo fue sin querer”.
Agregó respecto al episodio más traumático: “Hasta hoy no sé cómo hice para correr a tomar un taxi y poder volver a mi casa. Recordarlo me aturde aún hoy”.
“Me llevó mucho trabajo psicológico y mucho tiempo en el que incluso él siguió buscándome. Yo padecí una crisis aguda de depresión y ataques de pánico. Mi familia no entendía qué me sucedía porque yo no podía estudiar y salir del departamento a clases. Hasta que mi hermana intuyó y me insistió hasta que le conté”.
“Rompí la barrera del silencio y las amenazas, yo no podía contar lo que sufrí, sentía asco y borraba los mensajes, me borraba yo de la situación. Romper el silencio fue mi salvación”.
“Fue el primer paso. Hay que hablar cuando no te cierra, cuando algo no te parece bien, bueno hablalo porque un adulto no puede pasar por encima del cuerpo de un niño o un adolescente, sobre la sexualidad del otro ejerciendo la situación de poder”.
Fuente: Primera Edición