La dieron por muerta pero milagrosamente de camino a la morgue recuperó sus signos vitales
El miércoles 2 de diciembre no fue una jornada más. El Hospital Escuela Ramón Madariaga de Posadas fue escenario de un caso sin precedente, al menos en el ámbito local. Una paciente fue declarada muerta, paso siguiente se les permitió a los familiares despedirse de su ser querido y cuando estaban preparando el cuerpo para trasladarlo a la morgue, comenzó a dar patadas y mover los brazos. Lo sucedido sorprendió a todos, fue relatado por la familia y ratificado por las autoridades del nosocomio.
Lucía Cabral tiene 75 años, padece comorbilidades como diabetes e hipertensión, e ingresó a Emergencias del Madariaga el miércoles por un cuadro neurológico de deterioro. Tras el evento que dejó atónitos a todos, tanto a médicos como a su familia, que la lloraba desconsoladamente, la señora fue trasladada al sector de terapia intensiva, donde estaba en estado delicado hasta anoche.
“Nos ubicaron afuera de la guardia a las 23.20 -del miércoles 2 de diciembre- y me piden ingresar, una doctora me informa que mi mamá se fue con Dios. Me explica que tenía una infección que hizo un paro respiratorio. Me hace ingresar para verla y despedirme, mientras la doctora me cuenta los síntomas le pido si podía abrazar y tocar a mi mamá, besarla, y me dice que ‘sí’. La beso, la abrazo y le digo que por qué me dejó que la amaba, que Jesús la ama y que le entregaba su vida a él. La beso de nuevo y le digo hasta pronto, la abrazo y beso su frente. Me retiro y la doctora me dice ‘te abrazaría, pero no puedo por el protocolo’”, relata Mariana Carolina Quian, hija de Lucía, en sus redes sociales.
“Al salir le cuento a mis hermanos y vuelvo para que me den el acta de defunción. Me dicen que espere afuera que ellos me avisaban cuándo estaba lista. Estando afuera a las 23.45, me llaman, orábamos en ese momento, voy sola y me dicen que busque a todos mis hermanos. Al ingresar nosotros, la doctora nos dice que en toda su carrera jamás le había pasado algo semejante como lo que había pasado esa noche. Cuando estaban por poner el cuerpo en la bolsa, mi mamá hizo movimientos con su mano, por lo cual revisaron sus signos vitales y su pulso estaba débil, pero con vida! La doctora nos dice: será un milagro, una despedida o Dios sabrá! Sigue igual de grave, pero con vida. Nos dejó pasar de a uno para que le hablemos y la viéramos. La gloria es a Dios, el propósito de Dios, hoy mi mamá sigue luchando después de morir y resucitar nuevamente”, cuenta Mariana en Facebook generando en sus seguidores mensajes de aliento y fortaleza.
Sin embargo, la rareza de lo acontencido obliga a buscar respuestas médicas. “La explicación, más que cabal, es que el diagnóstico de muerte fue erróneo. Seguramente hubo alguna falencia al examen físico”, opinó desde su experiencia el reconocido neurólogo Emanuel Silva.
Silva se desempeña en el sector privado de la capital misionera, en tanto fue consultado por este medio para contar con una mirada externa o imparcial, si se quiere, de la situación.
“La paciente está viva”
“No sabría decir en este momento si hay una explicación científica que justifique esto pero es algo que sucedió y está en su historia clínica, no es un cuento de pasillo”, sostuvo Dalila Bühl, gerenta asistencial del Madariaga.
La secuencia, por relato de los familiares que estuvieron en contacto con los médicos tratantes, fue la siguiente: la paciente Cabral hizo un paro a las 20.50 y empezaron reanimación. A las 22.12 se le dio como óbito, lo cual figura en el acta de defunción. Y para las 23.45 muestra nuevamente respuesta y le reinician soporte.
“A las 9 de la noche -del miércoles- hizo un paro cardiorrespiratorio la señora, se la reanima como casi una hora o un poco más y se declaró el óbito pasadas las diez de la noche. En eso se la deja conectada al respirador un rato pero sin signos vitales, es decir, con diagnóstico de muerte”.
“Después le sacan el respirador y se le permite a los familiares que la vean, que es lo habitual cuando fallece un paciente, al menos un familiar. Antes de colocar a la señora en la bolsa, empieza a tener reacciones tónico clónicas y la empiezan a reanimar urgente, empezó a tener una presión muy baja y ahora está en terapia intensiva. Algo que llamó la atención a los médicos”, indicó Bühl.
“La paciente está viva, con respirador y pronóstico reservado, no es la primera vez que lo escucho en mi vida de médica, pero lo que sucedió es raro para todos”, señaló la gerenta del hospital y agregó “los neurólogos logran tener una explicación en cuanto a que el cerebro puede quedar por tiempo, pero no mucho (..) pero el jefe de la guardia me decía que no entendía lo que había pasado”.
“Vamos a ver cómo evoluciona pero igual esta con drogas vasopresoras, con respirador, esta muy delicada”, aseveró y recordó el diagnóstico inicial: “la paciente ingresó a emergencias con un cuadro de deterioro neurológico, convulsivo y alteración del sensorio. Además tiene más de 70 años”.
Aclaró asismismo que “el cerebro después de cuatro horas que un paciente entra en paro tiene graves secuelas. Creo que algún centro autónomo del cerebro la resucitó, pero no está consciente la señora. Obviamente que se le hará todo el tratamiento de sostén, pero el pronóstico es malo”.
“Todo el tiempo se habló con la familia”, destacó la médica.
Por protocolo, la paciente fue testeada para Covid-19, y el resultado dio negativo.
Oración unida
La familia Quian se aferra a la fe para encontrarle una explicación que le dé sentido a un momento increíble, impensado.
“Hoy, Día del Médico -en referencia a ayer jueves 3 de diciembre-, pido oración por mi mamá y los médicos que luchan por la vida de sus pacientes. Oramos que Dios termine esa obra de sanidad y de vida en mi mamá en el nombre de Jesús. La oración unida tiene poder”.
«Seguro hubo una falencia al examen físico”
«La explicación, más que cabal, es que el diagnóstico de muerte fue erróneo. Seguramente hubo alguna falencia al examen físico» señala desde su experiencia el neurólogo Emanuel Silva. El especialista se desempeña actualmente en el sector privado en Posdadas, en tanto muchos años estuvo al frente de Neurología del Madariaga. Consultado sobre qué criterios se tienen en cuenta para declarar el óbito de una persona, explicó «se buscan signos de muerte, a saber: ausencia de latidos cardíacos auscultando el corazón en silencio por lo menos un minuto, ausencia de pulso carotídeo, ausencia de reflejo corneano, dilatación de las pupilas que no responden al estímulo luminoso, ausencia de respuesta al estímulo doloroso en las cuatro extremidades y en la cabeza y tronco». Respecto a si conoce algún caso en el mundo de características similares, señaló que “sí, hay muchos reportes de casos similares en la literatura». ¿Y las secuelas en un paciente así? «Múltiples, desde ninguna a todas».
Fuente: ElTerritorio