La desocupación avanza y el sector privado no absorbe a despedidos del sector público
- Nacionales
- 19/08/2024
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En los primeros seis meses del gobierno de Milei, Argentina perdió 160.000 empleos registrados, entre los sectores privado y público. Las políticas laborales han promovido el cuentapropismo sin derechos, mientras la recuperación es escasa y territorialmente desigual.
El exministerio y actual Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social publicó los datos sobre trabajo registrado a mayo de 2024.
De los mismos se desprende una caída brutal de los puestos desde la asunción de Milei: en 6 meses, se perdieron 123.123 trabajos registrados asalariados en el sector privado y 36.940 en el sector público.
La pérdida en el privado no es mayor solo en términos nominales, también lo es en proporción: se perdió el 2% de los puestos privados y el 1% de los públicos, contrastando con la idea del Gobierno de que sea el sector privado el que “absorba” al personal despedido en el Estado (principalmente nacional).
En mayo, específicamente, se destruyeron 9.101 puestos privados y 8.845 públicos. Más de la mitad de los despedidos devinieron en monotributistas: éstos aumentaron 9.636 en el mismo mes, materializando la propuesta que realiza La Libertad Avanza en materia de legislación laboral: trabajadores con cada vez menos derechos.
Esta visión se plasmó en la Ley Bases que el Gobierno logró sancionar en el Congreso: promover el cuentapropismo sin derechos laborales. En dicha ley se incluyó la figura del “colaborador”, un trabajador “independiente” pero que en realidad trabaja -en relación de dependencia- para otro trabajador independiente.
Es decir, se trata de una relación laboral asalariada encubierta, que resulta más barata para el empleador, y con menos derechos para el trabajador: ni licencias, ni aguinaldo, ni vacaciones pagas, ni indemnización en caso de despido.
En materia de sectores, la construcción encabeza la destrucción de puestos de trabajo, tras la decisión del Gobierno nacional de paralizar la obra pública. Ello trajo aparejado un desplome absoluto de toda la actividad: la construcción acumula en el primer semestre de 2024 un derrumbe de 32,7%, solo comparable en magnitud con la pandemia.
Como consecuencia, en mayo se destruyeron 1.108 puestos de trabajo y en los primeros 6 meses de gestión de Milei, se perdieron en este sector 64.179 puestos (solo en registrados), es decir, una caída del 15%.
A su vez, representan la mitad de los puestos totales perdidos en el sector privado en esta etapa.
Le sigue en importancia (tanto nominal como porcentual) la pérdida de puestos de trabajo en la industria manufacturera: 4.607 solo en el último mes, y 22.750 en los seis primeros meses de Milei, explicando el 18% de los puestos totales perdidos en el sector privado.
La actividad no muestra signos ni siquiera de detener la caída, y ello resulta especialmente preocupante por el peso que tiene la industria en materia de empleo: 19% del total privado registrado.
Esta destrucción de empleo va en línea con la situación de la actividad: en junio, una de cada dos máquinas de la industria manufacturera en Argentina estuvieron apagadas. Según datos del INDEC: solo se usó el 54,5% de la capacidad instalada, frente a un 68,6% de hace un año.
Por el contrario, los únicos sectores que crearon empleo en los últimos seis meses fueron aquellos ligados a actividades primarias: agricultura, ganadería y pesca, que sumaron 11.000 puestos, pero lejos estuvieron de compensar la caída del resto de los sectores.
Por otra parte, resulta interesante analizar la enorme heterogeneidad de la crisis de empleo en materia territorial: mientras provincias como Formosa y Tierra del Fuego perdieron el 9,9% de su trabajo registrado privado en los seis primeros meses de Milei, Salta incrementó su empleo 1,2% y Chubut 0,9%.
Sin embargo, lejos están de compensar los desplomes en la zona núcleo: Buenos Aires perdió 50.743 empleos privados, CABA 13.958, Santa Fe 11.876 y Córdoba 8.001.
¿Otra crisis de empleo?
Argentina parece adentrarse en su tercera crisis de empleo en menos de 10 años. La primera fue generada por el macrismo, que desde agosto de 2018 a diciembre de 2019 implicó la pérdida de 279.000 empleos privados. La segunda fue provocada por la pandemia, que ocasionó una pérdida de 155.000 puestos en cuatro meses. A partir de allí, entre julio de 2020 y noviembre de 2023, se logró recuperar la totalidad de los empleos perdidos y superar en 90.000 puestos los niveles de abril de 2018 (punto máximo anterior).
Hacia mayo de 2024, los empleos perdidos en tan poco tiempo generan alarma, y hacia adelante no hay perspectivas de mejora: la Encuesta de Indicadores Laborales que elabora la Secretaría de Trabajo calcula que en junio se destruyeron otros 12.500 puestos de trabajo.
Mientras otros temas copan la agenda pública, la crisis de empleo asoma cada vez con más fuerza.
Alarmante deterioro social
La situación social de Argentina está en franco deterioro. Recesión, inflación y desempleo configuran un caldo de cultivo vicioso para el deterioro de las condiciones de vida.
Según el experto Martín González-Rozada de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), la tasa de pobreza del semestre comprendido entre octubre de 2023 y marzo de 2024 “se estima en 50%”.
Rozada llega a ese cálculo utilizando el “nowcast de pobreza”, que estima la incidencia de la pobreza, medida en términos del porcentaje de personas que viven en hogares urbanos pobres, en forma semestral.
En comparación con igual periodo de 2023 (es decir, desde enero de 2023 hasta junio del mismo año), la pobreza subió 10,4 puntos: desde 40,1% hasta el 50,5% proyectado.
Hay otros economistas que tienen peores proyecciones, incluso. Es el caso de Leo Tornarolli, del Cedlas.
En su cuenta de X, el experto dijo que “en el primer trimestre la pobreza, incluyendo aguinaldos, fue 55% y, en el segundo trimestre, es poco probable que sea más baja: se redujo la inflación, pero no se reactivó y no hay aguinaldos”. Por ello, dijo, “el primer semestre debería tener una pobreza cercana a 55%”.
Vuelve a repetirse, una vez más, una tendencia alarmante: la “infantilización” de la pobreza. Es decir, el impacto de la pobreza es mucho mayor en los menores de 17 años.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informará la tasa de pobreza e indigencia del primer semestre de 2024 el 26 de septiembre.