Fue preso por homicidio, tenía transitorias, salió del penal y no regresó
Se trata de Fredy Báez (36) quien cumple una pena de 15 años por el asesinato de un matrimonio chubutense, ocurrido en 2008, en el barrio San Blas de Puerto Esperanza
Un interno de la Unidad Penal Tres de Eldorado, que cumple condena por el doble homicidio de un matrimonio ocurrido en 2008 en Puerto Esperanza, no regresó el sábado por la tarde de una salida transitoria y hasta el cierre de esta edición era intensamente buscado por efectivos de la Policía de Misiones y el Servicio Penitenciario Provincial (SPP).
De acuerdo a los datos que pudo recabar este matutino, Báez había salido este último sábado a las 7 de la mañana de la citada penitenciaría, ya que desde hace un tiempo gozaba de salidas transitorias.
Pero tras pasar varios minutos después de las 19, y al no tener novedades del interno, el subalcaide del complejo carcelario eldoradense alertó de la evasión ante la Policía de Misiones, luego de constatar que su tutor responsable para las transitorias -su hermana- no tenía datos del paradero de su familiar en el barrio El Progreso de Esperanza, donde había fijado Báez su lugar de referencia.
Es por ello que durante toda la jornada de ayer, se montaron distintos operativos para dar con el evadido, de quien hasta el cierre de esta edición no se tenían datos precisos en torno a su paradero.
Supuesta deuda mortal
La condena a cumplir por parte de Báez fue impuesta en el marco de la investigación por el asesinato del matrimonio compuesto por Luis Crisóstomo Espínola (74) y María Esther Toloza (51).
El cruento asesinato fue descubierto el 19 de agosto en la vivienda que la pareja había comprado en el barrio San Blas de Esperanza.
Vecinos de la zona se preocuparon al no saber nada del matrimonio por dos días y tras recurrir a la Policía se enteraron del conmocionante episodio.
Un policía que acudió a constatar la denuncia observó por una de las ventanas que la mujer yacía sin vida en su cama y el hombre, a pocos metros, pero en el suelo.
El doble crimen sacudió a vecinos del barrio San Blas de Puerto Esperanza.
Inmediatamente ingresaron a la casa y determinaron que faltaban algunos objetos en la vivienda. El médico policial los revisó y determinó que Espínola fue ahorcado con un cinto y degollado.
En tanto que Toloza fue torturada y asesinada de 17 puñaladas.
Además, se reconstruyó que el doble crimen ocurrió entre la noche del domingo 17 y la madrugada del lunes 18 de agosto.
También se estableció que las víctimas habían sido golpeadas y tenían varios cortes producidos con un elemento filoso en distintas partes del cuerpo.
Pesquisa
Ante la presunción de un móvil de robo, los investigadores indagaron con vecinos y allegados a las víctimas para buscar posibles sospechosos.
En esa instancia, una mujer que tenía su casa próxima a la de los fallecidos, indicó que semanas antes dos jóvenes habían estado trabajando para la pareja en algunas remodelaciones en la propiedad.
Todo esto, debido a que las víctimas se habían mudado recientemente a la localidad tras vivir casi toda su vida en la ciudad chubutense de Puerto Madryn.
Pero según había llegado a oídos de la vecina, los trabajadores habrían intentado cobrar 3.000 pesos por las remodelaciones, monto que pareció excesivo para los dueños de casa.
Es por ello que los pesquisas sospecharon que estos jóvenes, posteriormente identificados como Fredy Báez y Enrique Arístides Núñez, en aquel entonces de 20 y 22 años respectivamente, habrían tenido participación directa en el doble crimen.
Báez fue el primer en ser arrestado por la Policía. El muchacho fue sorprendido horas después de descubrirse el hecho cuando intentaba abordar un ómnibus de la empresa Vía Bariloche con el cual tenía intenciones de viajar a Buenos Aires.
Luego la Policía local montó guardias en la casa del otro sospechoso, quien fue capturado el miércoles 20 de agosto, cuando se dirigía hacia la casa de su padre, en el barrio Nueva Esperanza.
Pruebas contundentes
De la casa de los ancianos desaparecieron diversos elementos, pero éstos no fueron encontrados en las casas de los sospechosos.
En poder de Báez, cuando estaba en el ómnibus, secuestraron una mochila que en su interior tenía un pantalón con sangre, la que sería de las víctimas.
También en la casa de los padres de Núñez encontraron un pantalón con sangre y el joven estuvo desaparecido de sus lugares habituales durante unos tres días.
Fuente: ElTerritorio