Evangélicos y simpatizantes marcharon en Brasilia en respaldo al convaleciente Bolsonaro

 Evangélicos y simpatizantes marcharon en Brasilia en respaldo al convaleciente Bolsonaro
Unos 2.000 seguidores del presidente Jair Bolsonaro marcharon hoy por la capital de Brasil, convocados por movimientos evangélicos y para manifestarle su solidaridad al mandatario, que padece coronavirus, mientras las cifras de la pandemia crecen en el segundo país con más casos en el mundo.
A diferencia de recientes manifestaciones a favor de Bolsonaro, en las que sus seguidores pedían el cierre del Congreso y de la Corte Suprema, la movilización se centró más en el apoyo al convaleciente presidente ultraconservador y a las protestas contra los gobernadores que impusieron restricciones para frenar la pandemia.
Los manifestantes, una cifra moderada en un país de 210 millones de habitantes, fueron convocados en las redes sociales por líderes evangélicos simpatizantes de Bolsonaro, que ayer manifestó que no podía participar de la misma como en otras ocasiones.
En sus redes sociales, Bolsonaro señaló que no podía ir a la manifestación para «no dar mal ejemplo», a pesar de que con síntomas leves él permanece en cuarentena, y acusó a los gobernadores, facultados por una decisión de la Corte Suprema para ser gestores en la crisis, de «degollar la economía».
Los manifestantes, unos con tapabocas y otros no, se concentraron hoy en el Museo de La República y cargando una cruz gigante de madera se desplazaron en medio de la Esplanada dos Ministerios, sede del poder Ejecutivo, hasta las afueras del Congreso, informó la agencia EFE.
En la sede del Legislativo, la manifestación se detuvo en la Alameda dos Estados, una callejón que homenajea a los 27 estados brasileños y donde había una cruz al lado de cada bandera regional, para hacer oraciones por la salud de Bolsonaro.
Después de expresar sus votos en oraciones por la salud del jefe de Estado, los manifestantes, ya con las 27 cruces, se dirigieron hasta la Catedral de Brasilia, donde la marcha se dispersó pacíficamente y sin la presencia de los grupos opositores al Gobierno, que suelen convocar protestas de manera simultánea.
A pesar de que la movilización pro Bolsonaro tenía como objetivo el apoyo al gobernante por sus problemas de salud y las críticas a los gobernadores, unos pocos manifestantes portaban carteles a favor de la intervención militar con el mandatario a la cabeza.
Las protestas anteriores de simpatizantes de Bolsonaro, convocadas contra el Congreso y la Corte Suprema y en las que el presidente llegó a participar, son objeto de investigaciones en la Cámara de Diputados y en el Supremo Tribunal Federal (STF), que las consideran como actos antidemocráticos.
La oposición, incluso, presentó ante los poderes Legislativo y Judicial varios pedidos de juicio político con fines de destitución contra Bolsonaro por apoyar ese tipo de manifestaciones.
El mandatario, uno de los líderes más escépticos frente a la pandemia y que llegó a calificarla «gripecita», contrajo el coronavirus y anunció el resultado positivo de la prueba el 7 de julio.
El Presidente acostumbraba acompañar las manifestaciones a su favor que sucedieron casi cada domingo desde que se desató la pandemia en Brasil en marzo, y en la mayoría participó sin el uso de mascarilla, como es obligatorio en el Distrito Federal y en otras partes del país. Incluso llegó a abrazar a varios de sus simpatizantes.
Bolsonaro, un acérrimo defensor de la apertura del comercio y de algunas actividades económicas, contrariando las cuarentenas y medidas rígidas de aislamiento social recomendadas por las autoridades sanitarias a nivel mundial, delegó a responsabilidad de la gestión de la pandemia a los gobernadores.
Brasil, el segundo país más afectado por coronavirus detrás de Estados Unidos, registra 2.074.860 casos y 78.772 muertos.
Fuente: Telam
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