El fiscal pidió perpetua para Villar: “Es el caso más grave que he visto”

 El fiscal pidió perpetua para Villar: “Es el caso más grave que he visto”

Federico Rodríguez consideró acreditado el hecho y sostuvo que en el femicidio de Vilma Mercado hubo sadismo. La defensa criticó la pesquisa y pidió sobreseimiento

“Es el caso de cosificación de una mujer más grave que he visto en toda mi carrera. Es el único hecho donde pude notar que hay gente que siente placer por hacer esto, donde hay tal desprecio por la vida de una mujer”.
Las palabras corresponden tan sólo a un fragmento del alegato expuesto ayer por el fiscal Federico Rodríguez en el marco de la tercera jornada del debate oral por el femicidio de Vilma Mercado (19), cometido en la madrugada del 24 de octubre de 2019 en Puerto Iguazú.
Para el fiscal hubo intencionalidad, desprecio y sadismo en el femicidio de la joven y por eso no dudó en pedir la pena de prisión perpetua para el único imputado que tiene el expediente, el ex soldado Carlos Luis Leandro Villar (21), quien ayer fue retirado del Tribunal Penal Uno de Eldorado en medio de empujones e insultos por parte de familiares de la víctima e integrantes de un colectivo de mujeres que acompaña al grupo desde el inicio del juicio.
El representante del Ministerio Público Fiscal consideró que el hecho y la autoría quedaron totalmente acreditados tanto por las pruebas recogidas en la instrucción como en la instancia de debate.
De esta manera, reconstruyó que luego de ser buscada por Villar, la víctima fue llevada a una zona alejada de la ciudad donde fue violada y asesinada como consecuencia de una asfixia provocada por la cinta que envolvió su cabeza, rostro y cuello. Ante ello, solicitó que el ex uniformado sea condenado a prisión perpetua por los delitos de robo y abuso sexual con acceso carnal en concurso real y homicidio agravado por criminis causa, femicidio y por placer en concurso ideal.
A su turno, el defensor de Villar, el abogado particular Sebastián Benítez, criticó la instrucción de la causa haciendo alusión a que no se tuvieron en cuenta a dos posibles sospechosos ni se descartaron otras líneas investigativas -entre otras deficiencias que consideró existir en el expediente- y señaló que “esta defensa tiene dudas de los hechos, tiene dudas de que el imputado Villar sea el autor del hecho. Aquí tendrían que haber estado sentado dos sujetos más que para podamos hacerles preguntas”.
De esa manera, solicitó el sobreseimiento de Villar y dio a inferir que su defendido terminará siendo condenado, aunque adelantó que apelará el fallo hasta las últimas instancias.
Cerrada la ronda de alegatos, con la instancia de réplicas y dúplicas, el Tribunal presidido por el magistrado Atilio León dispuso un cuarto intermedio hasta el martes a las 8.30. Allí se le dará al imputado la posibilidad de brindar sus últimas palabras y posteriormente se dictará sentencia.

El martes el Tribunal Penal Uno de Eldorado dictará sentencia. FOTO: Matías Bordón

La acusación
El alegato del fiscal Rodríguez comenzó a las 9.15 y se extendió por aproximadamente dos horas, instancia en la cual valorizó cada una de las pruebas incorporadas en el expediente, como así también realizó un repaso de las testimoniales tomadas durante el debate.
“La investigación tiene solamente un hilo conductor que conduce al imputado. Es el único sospechoso y lamentablemente no tiene prueba que avale sus dichos. Todo esto, más allá de la contundencia de la prueba que se recaba en el presente proceso, mucho contenido documental y ADN y, en especial, por encontrarse reconocidos ciertos hechos mediante su propia declaración. Si el imputado pensó que mejoró su situación luego de declarar, le tengo que decir que lamentablemente no”, comenzó Rodríguez.
Es que, si bien el lunes al momento de declarar Villar se defendió e intentó explicar el por qué de cada una de las pruebas que lo vinculan al hecho, para el titular de la fiscalía su testimonio se terminó constituyendo en un “reconocimiento de datos de la investigación”.
“Hubo reconocimiento del acto sexual, que él dijo que fue consentido, pero lo sustancial para la teoría del caso que desarrolla la fiscalía esto está reconocido, que hubo contacto sexual. También está reconocido que se usó el profiláctico que después se incautó. Está reconocido el tema de la mordedura. Está, al menos declarado, el tema de la cinta que se usó en el hecho. Está reconocido el lugar donde sucedió el hecho. Está reconocida la apropiación del chip, que también se vincula a la apropiación del celular”, enumeró.

El fiscal Rodríguez consideró clave la pericia de geolocalización de celulares. FOTO: Matías Bordón

Respecto a las pruebas, Rodríguez también valorizó la última pericia incorporada al expediente como uno de los elementos clave que -según su exposición- derribó por completo la estrategia defensiva.
“La última pericia pedida por el doctor (Francisco) Doldán, gran fiscal de Eldorado, estableció la geolocalización de los celulares de Vilma y de Villar en la zona del Parque Nacional Iguazú desde las 0.10 del 24 de octubre de 2019 hasta las 01.12. Esto lo ubica en la zona en ese horario y echa por tierra toda la versión del imputado”, apuntó.
En otra parte de su alegato profundizó sobre el perfil psicológico del imputado donde, entre otras cosas, lo definen como una persona “con características narcisista, con tendencia omnipotente, fálica y vigorosa en su modo conductual (…) Hábil orador, con despreocupación de los sentimientos de los demás y por lo tanto imposibilitado de sentir culpa. Se infiere perfil psicópata”.
Aunque Rodríguez aclaró que para él “estos informes son meramente orientativos”, reconoció que “estos datos son perceptibles y suma otra connotación al caso, que es el sadismo, porque del hecho se desprende una connotación sádica (…) no encuentro forma de contradecir esto. Una de las características de no sentir culpa, es que tampoco siente piedad y esto ve en el hecho mismo. Es el hecho más grave que yo vi hasta ahora en una larga carrera. Matar a una mujer en busca de satisfacción sexual es lo que define al sadismo”.

Estela Leite, madre de Vilma, debió retirarse en medio de los alegatos en medio lágrimas. FOTO: Matías Bordón

La defensa
Luego del extenso alegato de Rodríguez, quien tomó la palabra fue el letrado particular Sebastián Benítez, defensor de Villar, quien ocupó los primeros minutos de su exposición para referirse a los agravios que denunció padecer desde el inicio del juicio por parte de familiares y allegados a la víctima.
“Siento la pérdida de la familia, pero no puedo dejar de mencionar que desde el día que ingresé a este lugar he sido objeto de insultos. Hasta me llegaron a decir ‘espero que a tu hija le pase lo mismo’. Mi hija tiene un año. El mal no se le desea a nadie. Este es el trabajo de un abogado defensor, a veces somos querellantes y a veces defensores. Yo juré hacer mi trabajo como corresponde”, expresó.
Luego, se abocó al análisis de la causa y señaló que “ante la presión social que ha vivido esta causa la instrucción de Puerto Iguazú ha dejado lagunas”.
En esa línea, cuestionó que en el departamento de Villar se hicieron tres allanamientos en condiciones irregulares, ante lo cual indicó que “no sabemos si se pusieron o se sacaron elementos (…) lo que significa que todo está viciado”.
En segunda instancia, criticó que en la investigación no se hayan tenido en cuenta a otros dos posibles sospechosos: una ex pareja de Vilma y un hombre cuyo recibo del seguro de un auto fue hallado en la escena del hecho.
“Mi defendido dice que dejó a Vilma en tal lugar y ella se subió a un auto negro y se fue. En el lugar del hecho se encuentra un papel de seguro abollado, como si fuese una señal. Esta defensa desconfía y manda a hacer una investigación preliminar para saber de qué se trata. Esa investigación arroja que el sujeto vive acá en Eldorado, que tiene nombre, apellido y dirección. Fuimos hasta el lugar, tomamos una foto y había un Gol Trend negro. ¿Pero qué pasa? Hoy no tengo la posibilidad de poder preguntarle a ese señor qué hacía el día del hecho, ni tampoco le puedo preguntar lo mismo a la ex pareja de Vilma. Acá también deberían estar sentadas esas dos personas”, lanzó enérgicamente.

El defensor Sebastián Benítez cuestionó la instrucción de la causa. FOTO: Matías Bordón

Y continuó: “Aún hoy pienso que si tuviésemos un jurado popular salimos caminando de acá, pero no lo tenemos porque vamos un paso atrás de todo. Yo ya sé la sentencia, por eso voy a pedir que me notifiquen por email. Lo que voy a pedir al tribunal es que en algún momento se hable con estos señores para ver dónde estuvieron el día del hecho. Con eso, estaría contento. Pido el sobreseimiento”.

El único que hizo uso de la réplica fue el fiscal Rodríguez, que contestó a algunas de las conclusiones de Benítez, por ejemplo, en relación a la puesta en duda de los allanamientos y el secuestro del preservativo que contenía fluidos genéticos mezclados con alta probabilidad de que pertenezcan a Vilma y a Villar.
“Imagínense si un abogado me planteaba la posible contaminación probatoria de la bolsa con el preservativo… pero está reconocido por Villar, no hace falta. Solamente con un poco de inteligencia se podía decir que el profiláctico se contaminó con la toallita de Vilma en la bolsa y con eso me jodían la prueba genética, pero declaró mal. Se enterró. La declaración fue insatisfactoria y reconoció datos esenciales para la teoría del caso de la acusación. Le agradezco Villar”, cerró Rodríguez.

Villar volvió a la UP III, donde está alojado hace dos años con prisión preventiva. FOTO: Matías Bordón

La salida del imputado, entre insultos y denuncias

La salida de Villar del Tribunal y su regreso ayer a la Unidad Penal III hasta el día de la sentencia estuvo marcada por empujones, gritos, insultos, chorros de agua y algún que otro botellazo de plástico lanzado desde el grupo de manifestantes que se reúne fuera del recinto judicial todas las mañanas desde que comenzó el debate para reclamar justicia y acompañar a la familia de la víctima.
La escena se repite, pero la tensión de ese momento en particular aumenta cada día. Con menor efervescencia sucede también a los ingresos y egresos tanto de la madre de Villar como del abogado Benítez, quienes ayer salieron del tribunal cerca de las 14 y custodiados por efectivos policiales.
“Estos tres días fueron muy duros porque al verle al asesino de mi hermana riéndose o burlándose con su mamá genera impotencia. Nosotros ya no la tenemos a Vilma y aún estamos sufriendo su pérdida”, señaló a El Territorio Yamila Campañoni, quien debió declarar como testigo al comienzo del juicio y ahora sigue el proceso entre el público.
Campañoni explicó el enojo de la familia y de las demás personas que las acompañan en el reclamo. “El origen del enojo es que ella -por la madre de Villar- siempre tuvo el expediente y subía partes del expediente con su hipótesis, pero además de eso decía muchas cosas de mi hermana, cosas feas. Se hacía Facebook falsos y nos escribía cosas. Nos amenazaba”, relató.
Y continuó: “Salió la fecha del juicio y unos días después de eso una cuenta de Facebook llamada Oriana Leites; Oriana es el nombre de la mejor amiga de Vilma y Leites es el apellido de mi madre, le agregó a una chica y le mandó la foto de mi hermana desnuda, así como la encontraron esa noche y le dice ‘hdp esta es tu amiga’. Esta chica me escribió porque se siente amenazada. Es muy fuerte ver la foto”.

Yamila además aseguró que ella también se siente amenazada y se quejó de que quisieron denunciar las amenazas recibidas pero nunca las recibieron. “Yo también me siento amenazada porque en los mensajes que recibí o en el Facebook ella publicaba que estábamos en un supermercado o publicaba que en algún momento nos vamos a cruzar. Yo me siento amenazada. Yo le tengo miedo de verdad, porque durante todo este tiempo nos estuvo hostigando por Facebook. Ahora, incluso, estábamos todos acá abajo y ella desde la ventana de arriba nos escupía, se mostraba y se burlaba. Ese es el enojo de todos nosotros que estamos viviendo esto”, agregó.
Por su parte, otro de los manifestantes señaló que “no le queremos pegar, no somos violentos, pero queremos que baje y dé la cara, siempre nos amenazó a escondidas. De allá arriba se estaba burlando de nosotros, provocando”.
Integrantes del Tribunal tuvieron que intervenir para apaciguar el ambiente y evitar que la situación pase a mayores.

Por Jorge Posdeley 

El Territorio 

 

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