El encierro provocó problemas en el desarrollo madurativo de los más pequeños

Judith Salom analizó el impacto de la falta de socialización con sus pares en los niños de 0 a 3 años.

Los meses de encierro sin poder socializar con sus pares dejaron huella en el desarrollo madurativo de los chicos de 0 a 3 años. Consultada al respecto, la responsable del Jardín Maternal Campanita, Judith Salom, indicó que “notamos que durante ese tiempo, a muchas familias se les pasó por alto cómo deberían haber evolucionado los niños, en relación a su madurez, tiempo evolutivo y edad cronológica; por lo que alertamos a los papás que hicieron las consultas pertinentes y ahora estamos trabajando con ellos”.

Detalló que algunos de estos niños ya lograron alcanzar el desarrollo esperado luego de varios meses de socializar con sus compañeros y otros siguen en tratamiento.

Salom explicó que la institución tiene a su favor “la mirada más experta del docente y la posibilidad de comprar la evolución entre los niños, pero en este caso se tardó en dar el alerta porque estábamos cerrados”.

Según Salom, también evidenciaron cambios en los comportamientos de los más pequeños cuando se habilitó el regreso al jardín. “Si bien por su corta edad no alcanzaron a dimensionar la magnitud de la situación, sí notamos muchos cambios en sus rutinas, la mayoría perdió los hábitos de horarios de sueño, de comida… muchos pasaban mucho tiempo frente a las pantallas, como nos manifestaron los papás, porque durante los meses de cuarentena no había muchos otros recursos para los que tenían casas pequeñas o sin patios”.

Salom recordó que los jardines maternales regresaron a la presencialidad en agosto del año pasado y una vez que “retomamos las actividades poco tiempo después pudimos encaminar cierto orden dentro de la institución”.

A cargo de los adultos

Para evitar generar miedos en los chicos, explicó que “siempre tratamos de desdramatizar los cuidados y protocolos que siempre estuvieron a cargo de los adultos”. Según contó, “los chicos volvieron muy felices al jardín”.

fuente: primeraedicion