Egipto: un viaje al origen monumental de la civilización
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Pocas geografías concentran tanta historia y simbolismo como la meseta de Giza y los alrededores de Memphis, donde la arquitectura faraónica continúa deslumbrando al mundo miles
de años después de su creación.
Desde las célebres pirámides que vigilan el desierto hasta la primera gran construcción monumental de la humanidad, Egipto mantiene vivo un legado que sigue redefiniendo nuestra comprensión del pasado.

En la meseta de Giza, las Pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos se alzan como un testimonio insuperable de ingeniería y poder. La Gran Pirámide de Keops, única superviviente de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, sorprende por la precisión de sus bloques y su alineación con los puntos cardinales. A sus pies, la Esfinge refuerza la sensación de estar frente a una civilización capaz de desafiar el tiempo.
En Saqqara, la Pirámide Escalonada de Zoser —considerada la primera pirámide y el primer edificio monumental en piedra tallada a gran escala— marca el nacimiento de la arquitectura piramidal. Diseñada por Imhotep en el siglo XXVII a. C., abrió el camino a las construcciones que más tarde alcanzarían su perfección en Giza.

El recorrido se completa en Memphis, antigua capital del Imperio Antiguo. Allí se encuentra el Coloso de Ramsés II, una estatua de más de diez metros de altura que muestra al faraón en toda su majestuosidad. Pese a hallarse recostada debido a la ausencia de sus pies, sigue siendo una de las piezas más impresionantes de Egipto.
Con cada sitio revelando una faceta distinta de la civilización que dominó el Nilo durante milenios, Egipto continúa siendo un vasto museo al aire libre donde el pasado sigue respirando en cada piedra.





