Detuvieron a un acusado de abuso sexual 8 años después de la denuncia
En 2013 fue denunciado por abusos contra una sobrina de 11 años.
El implicado es Gustavo M. (56). Con distintos recursos de apelación, esquivó cuatro citaciones a indagatoria. “Hay que creer en nuestros hijos”, dijo la madre de la víctima.
Gustavo Adolfo M. (56) quizás pensaba que el paso de los años haría olvidar la dura acusación que pesa en su contra desde 2013, pero todo cambió esta semana cuando la Policía llegó a su casa, orden de detención en mano, y lo puso a disposición de la Justicia para responder en un expediente iniciado tras una denuncia por hechos contra la integridad sexual presuntamente cometidos en perjuicio de una sobrina suya de 11 años.
No. No es un error lo leído en el primer párrafo. La denuncia efectivamente data de 2013, pero recién esta semana el hombre fue detenido y trasladado a audiencia de declaración indagatoria, instancia en la que se abstuvo de declarar y finalmente fue imputado por “abuso sexual gravemente ultrajante”.
La demora en cumplimentar este paso judicial se debió -según explicaron fuentes consultadas- a los múltiples recursos de apelación presentados por la defensa del acusado, acciones mediante las cuales logró evadir al menos cuatro citaciones a indagatoria durante todo este tiempo.
La historia
Según pudo reconstruir El Territorio mediante diversas fuentes consultadas, todo comenzó en octubre de 2013 en Posadas, cuando la víctima cursaba quinto grado y en una clase de educación sexual se quebró ante su maestra. Allí contó lo que venía padeciendo a manos de uno de sus tíos y el equipo docente activó el protocolo de acción.
Según expresó la niña en ese momento, los hechos de abuso consistían en tocamientos y escenas de sexo oral que se daban en momentos en que ella quedaba sola con su tío o mientras su familia se quedaba a dormir en el lugar y el acusado aprovechaba para ingresar a su habitación sin que nadie lo advirtiera.
“La maestra y la directora del establecimiento me dijeron que yo tome una decisión, que ellos me iban a apoyar. Entonces no esperé mucho y me fui a la Comisaría de la Mujer e hice la denuncia. En ese momento la llevaron a mi hija para hacerle estudios médicos, le tomaron algunas declaraciones y hasta nuevo aviso, pero nunca más”, relató la madre de la víctima y denunciante del hecho en diálogo con este matutino.
La mujer señaló que desde ese momento la causa no avanzó y en paralelo a padecer el letargo de Justicia, también sufrió el apartamiento tanto de sus padres como de sus hermanos, ya que todos descreyeron de la denuncia.
Según clarificaron fuentes cercanas al caso, la dilación en la instrucción de la causa se debió a los planteos de nulidad presentados ante las citaciones a indagatoria y sucesivos recursos interpuestos a partir de ahí, llegando incluso a un planteo extraordinario federal.
Pero todas estas acciones un día se acabaron, el hombre ya no pudo esquivar las últimas medidas ordenadas por la Justicia y la denunciante además se constituyó como querellante particular bajo la representación del letrado Víctor Luciano Gómez.
“Con el abogado empezamos prácticamente todo de nuevo y ahora hace dos semanas me dieron turno para ir al psicólogo con ella, que ahora ya tiene 19 años, pero lo importante es que finalmente esto salió a la luz y ahora él tendrá que pagar por todo el daño que hizo”, señaló la entrevistada, cuya identidad se preserva para evitar la revictimización.
La detención
La orden de detención del implicado se libró el miércoles y su captura se concretó al poco tiempo. El hombre guardó silencio en la audiencia de declaración indagatoria desarrollada el viernes y continuará detenido en virtud de la gravedad de la denuncia y porque todavía quedan medidas probatorias por realizar.
“Como abogado querellante tengo la tranquilidad de que el imputado gozó y agotó de todos los recursos constitucionales. Hasta el STJ intervino en la causa, pero el hecho es insoslayable y las pruebas son contundentes”, expresó Gómez.
La causa se instruye en el Juzgado de Instrucción Dos de Posadas, a cargo del magistrado Juan Manuel Monte desde fines de 2019. También interviene el titular de la Fiscalía de Instrucción Dos, Christian Antúnez.
“Cuando lo detuvieron me sentí feliz. Quiero que se entere toda mi familia y que vean que lo que yo había dicho no era mentira y, fundamentalmente, para que se vea que hay que creer en las criaturas y en nuestros hijos. Mi hija también está feliz. Olvidarse de todo lo que pasó no pudo, obviamente, pero trata de superarlo”, señaló la mujer.
Es que los primeros años del caso no fueron fácil para ella y su hija. Sufrieron el señalamiento y el abandono de sus más cercanos. “Espero que él pague un buen tiempo por el daño psicológico que nos hizo durante todo este tiempo. Sólo yo y mi hija sabemos lo que cargamos. Quedamos absolutamente solas”, indicó.
Pero eso no es todo, también temen por lo que pueda suceder a partir de ahora y en relación a eso manifestó: “Tenemos un poco de miedo ahora porque es una familia conflictiva. Ese mismo día que nos llamaron desde el colegio yo me presenté en la casa de ellos y le atacaron a mi hija, que era una nena en ese momento. Le dijeron que era una mentirosa, que hablaba pavadas y que iba a dañar a toda la familia”.
Y culminó: “Yo me tuve que apartar de mis padres y de mis hermanos. Me tomaban por loca, por quilombera. Me decían que esas cosas no había que contar. Cuando yo destapé la olla, muchos decían que él siempre hacía comentarios zarpados como ‘ay, esa colita’ o ‘ay, esa bombachita’, pero todos callaban. Ahora la verdad salió a la luz”.
fuente:elterritorio