El suboficial Mayor retirado Ramón Amarilla, vocero de la mesa de diálogo policial y principal figura de la revuelta de mayo, fue detenido esta noche tras ser acusado junto a otros seis agentes por “sedición y conspiración”, luego que se encontraran mensajes donde, según la denuncia, organizaban incendiar malezas y patrulleros.
Esta causa inicia el sábado cuando un oficial ayudante de la fuerza denunció que un camarada de su misma rango lo llamó para informarle que planeaban tomar la Jefatura de Policía, en Posadas, el martes y le pidió que se sumara a la protesta.
Fue así que el lunes el el juez de Instrucción 3 de Posadas, Fernando Verón, ordenó la detención del oficial de la Comisaría Décima, medida que se hizo efectiva ese mismo día. Además, se le secuestraron varios elementos, entre ellos su teléfono celular.
Fuentes judiciales indicaron a PRIMERA EDICIÓN que, en el teléfono celular secuestrado y peritado por la Secretaría de Apoyo a Investigaciones Complejas (SAIC) del Poder Judicial, encontraron un grupo de WhatsApp que tenía el detenido junto a Amarilla y otros seis efectivos de la fuerza, tantos activos como pasivos, donde estaban un plan para llevar adelante diferentes delitos y “forzar la salida de los cuarteles de bomberos de las autobombas y así, en el lugar de los hechos, robarlas para bloquear avenidas y calles”.
El objetivo final, de acuerdo a los mensajes, era lograr la amnistía administrativa y judicial por lo ocurrido en mayo con el acampe frente al Comando Radioeléctrico, como así también un aumento salarial superior al 5% que anunció la policía. Además, desde la Policía indicaron que los efectivos en cuestión “tendrían entre sus planes destituir a la cúpula policial y generar malestar en la ciudadanía misionera”.
Por ello, Verón ordenó la detención de los siete uniformados que se encontraban en ese grupo. Seis fueron capturados rápidamente, pero cuando fueron a la casa de Amarilla, este no estaba en el lugar.
Finalmente, y a menos de dos horas del operativo en su vivienda, el propio Amarilla se entregó voluntariamente a la Jefatura, desde donde fue trasladado a la Comisaría Segunda, lugar donde también están los otros aprehendidos de la jornada.
Tras las capturas, familiares de los uniformados detenidos empezaron a convocar una movilización este viernes frente a la Jefatura para “pedir explicaciones” y solicitar la libertad de los agentes.