Desde Montreal, Mario Antonowicz concluye su gira por Canadá con una mirada retrospectiva sobre las ciudades que visitó

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Mario Antonowicz finaliza su recorrido por tierras canadienses desde la vibrante ciudad de Montreal, en la provincia de Quebec. En su resumen, ofrece un análisis que va más allá del paisaje y se adentra en los ritmos sociales y económicos de uno de los países más desarrollados del mundo.
“Fui a Quebec, que es la provincia, y ahora a Montreal, que aunque no es la capital del estado, es su metrópolis más poblada y animada. Es típico de Canadá que las capitales estatales sean menores que otras grandes ciudades donde se dirige el sector privado. Las capitales estatales, a su vez, albergan principalmente a los empleados públicos”, afirmó Antonowicz.
Con más de 1.800.000 habitantes —y más de 4 millones con los suburbios—, Montreal se presenta como un centro cosmopolita de gran identidad francófona, con una clara influencia europea. “Aquí se habla más francés que inglés, algo que el visitante no puede evitar notar. La ciudad combina modernidad con historia, especialmente en lo que fue anteriormente la zona portuaria, así como en estructuras de mediados del siglo pasado”, relató.
Sin embargo, además de su patrimonio cultural y su actividad turística, algo que no pasó desapercibido fue la presencia de personas en situación de calle. “Nos asombró ver tantos indigentes pidiendo limosna, sobre todo al caer la tarde. A pesar del alto nivel de seguridad, el panorama que se muestra en esos momentos no es el más agradable para el visitante”, advirtió.
Montreal es uno de los destinos más visitados de Canadá, tanto por su propuesta cultural como por su ambiente urbano. Antonowicz se despidió del país con una mirada que combina admiración, análisis y realismo: “Espero haberles mostrado una imagen honesta de lo que es Canadá, recorriendo algunas de sus ciudades más emblemáticas y cerrando aquí, en esta ciudad que late entre contrastes, idiomas y diversidad”.