Crónica: El amanecer de los dioses — La leyenda de Osiris y la primera familia divina de Egipto
Ver esta publicación en Instagram
HELIOPOLIS
En una época en que el tiempo aún no tenía nombre y la arena del desierto no había sentido la huella de ningún ser, un estallido de luz marcó el inicio de una dinastía divina que, milenios después, seguiría gobernando la imaginación humana. Esta es la crónica del nacimiento de los dioses egipcios desde la generación de Geb (tierra) y Nut (cielo), pero contada desde el impacto que provocaron sus hijos más célebres: Osiris, Isis, Seth y Neftis, la familia que definió el destino del mundo.
La caída de Nut y Geb: el origen de una fractura divina
Las primeras tensiones familiares de la historia no ocurrieron entre mortales, sino en las alturas del cielo. Según informan los sacerdotes del templo de Ra, el dios solar prohibió a Nut, la bóveda celeste, dar a luz durante cualquier día del año. Temía que uno de sus futuros descendientes amenazara su reinado.
Pero la diosa, aconsejada por Thot, torció el orden del cosmos: ganó cinco días adicionales en un juego con la luna. En esos cinco días fuera del tiempo nacieron los protagonistas de esta crónica.
Osiris, el heredero inesperado
El primero en nacer fue Osiris, descrito por los escribas como un dios de mirada serena, destinado a traer orden donde había caos. Su llegada fue celebrada como un amanecer permanente. Bajo su gobierno, los humanos aprendieron a cultivar la tierra, a honrar la ley y a vivir en armonía.
Seth, el antagonista que moldeó el mito
El tercer hijo, Seth, vino al mundo envuelto en tormentas. Representaba la fuerza bruta, el desierto, el trueno. Admirado y temido por igual, nunca aceptó el ascenso de Osiris al trono.
El crimen que partió el mundo
Seth organizó un banquete en honor a Osiris. Lo que debía ser una celebración terminó en tragedia:
engañó a su hermano para que entrara en un cofre hecho exactamente a su medida y lo arrojó al Nilo.
La muerte de Osiris fue el primer acto de violencia divina registrado por la humanidad.
Isis, la buscadora incansable
Isis viajó por Egipto reuniendo las piezas del cuerpo de Osiris después de que Seth las dispersara por todo el país. Con magia y amor logró devolverle la vida el tiempo suficiente para concebir a Horus.
El juicio de los dioses y la coronación de Horus
Los tribunales celestes debatieron durante años. Finalmente declararon vencedor a Horus, desterraron a Seth y otorgaron a Osiris el título de Señor del Más Allá.
Sin esta familia divina, con sus alianzas y conflictos, no existiría la estructura cósmica que definió a
Egipto. Sus historias siguen siendo la primera gran crónica del universo



