Caña con ruda : el ritual ancestral que atraviesa generaciones en América Latina

Cada 1° de agosto, miles de personas en América Latina se reúnen para rendir homenaje a la Pachamama, la Madre Tierra, en una de las celebraciones más antiguas y significativas de las culturas originarias del continente. La fecha, profundamente espiritual, está dedicada a agradecer por los frutos recibidos, pedir protección y renovar el vínculo con la naturaleza.
El Día de la Pachamama, de raíces indígenas , se celebra especialmente en países como Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, aunque su influencia se ha expandido por toda la región. Entre las prácticas más simbólicas de esta jornada se encuentra el consumo ritual de caña con ruda, una infusión que busca alejar las enfermedades, las malas energías y atraer salud, suerte y prosperidad.
¿Por qué se toma caña con ruda el 1° de agosto?
La tradición de beber caña con ruda en ayunas tiene su origen en los pueblos originarios del norte argentino, especialmente en las provincias de Misiones y Corrientes, y se ha extendido a lo largo del país y otros territorios latinoamericanos. Según la creencia popular, el primero de agosto es una fecha en la que el cuerpo está más vulnerable tras el crudo invierno, y la bebida actúa como protección energética y física.
Cómo se prepara la caña con ruda
La bebida se elabora con ruda macho, una planta de fuertes propiedades medicinales, que se macera en caña o ginebra durante al menos un mes, en un sitio fresco y oscuro. La tradición indica tomar tres sorbos al comenzar el día para asegurar un año libre de males y colmado de bendiciones.
Más allá del rito: las propiedades medicinales de la ruda
Además de su uso espiritual, la ruda es conocida por sus beneficios terapéuticos. Preparada en infusión, puede aliviar síntomas como cólicos, dolores menstruales, gripe, cefaleas y problemas digestivos. También se la valora como un relajante natural, útil para reducir la ansiedad, mejorar la circulación y combatir el insomnio, según destacan especialistas de entidades como la organización Naturalista de Colombia.
Esta conmemoración, que trasciende religiones y fronteras, es un recordatorio del respeto y la gratitud hacia la naturaleza, valores profundamente arraigados en las cosmovisiones indígenas y que hoy recuperan vigencia en un contexto global de crisis ambiental.