Busca al chofer de colectivo que lo defendió y le cambió la vida
Marcos Heredia es hoy padre de familia, trabajador y predicador de la Iglesia de Cristo. Hace tres años volvió a Trelew. Consumió desde los 13 y tocó fondo a los 22. Se rehabilitó en Fundación Reto de Posadas. Ahora busca al chofer de colectivos que impidió que lo bajen del coche cuando viajaba a Misiones.
Hay momentos determinantes en la vida de cada uno y hay personas que -incluso sin saberlo- pueden salvar o cambiar la vida de otras. Esta es la historia de Marcos Heredia, el joven de Trelew (Chubut) que conoció el infierno y hoy busca al chofer de colectivo que intercedió para que él pudiera llegar a la Fundación Reto a la Vida de Posadas. Hoy, Marcos es padre, esposo, técnico de aires acondicionados y predicador de la Iglesia de Cristo y quiere agradecer a ese chofer que, al interceder y evitar que Gendarmería lo bajara del colectivo por estar drogado, le dio la oportunidad de mejorar su vida.
“Me gustaría mucho encontrarme con este señor que ni siquiera sabía que yo venía para internarme y me dio una oportunidad, creo que Dios dispuso que tenía que llegar a Posadas donde encontraría la ayuda que necesitaba y mi vida iba a cambiar, y este señor fue la persona que Dios puso en mi camino”, aseguró Marcos en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
Tocar fondo
“Llegué a la Fundación Reto estando muy mal, hacía nueve años que consumía, empecé a los 13 años con marihuana y al principio todo parece bonito pero los últimos años fueron muy feos y viví muchas cosas fuertes… incluso estuve dos meses en situación de calle”, recordó.
A los 13, trató de ahogar el dolor por la muerte de su mejor amigo y la separación de sus padres “obviamente, yo tomaba malas decisiones y eso siempre trae consecuencias… empecé con porros y muy pronto pasé a la cocaína”, contó.
Marcos tocó fondo cuando vivió en la calle, “estaba relacionado con gente muy pesada de mi ciudad. En esa época, ya nadie me abría la puerta de su casa porque ¿quién iba a permitir el ingreso a su hogar de un drogadicto?, porque sabés que se te desaparecerá todo porque es así, cuando dependés de la droga sos capaz de robar hasta a tus seres queridos. Eso me llevó a dormir en la calle, hasta que un día tuve que elegir entre pedir ayuda o quitarme la vida. Y volví a mi casa, me acuerdo que mi mamá me habló mucho y me ayudó a tomar la decisión de tratar mi adicción en Fundación Reto a la Vida. Sinceramente, creo que fue Dios el que intercedió porque lógicamente no quería internarme”.
“Subí al colectivo drogado y alcoholizado”
La Fundación Reto a la Vida también está en Puerto Madryn, a unos 60 kilómetros de Trelew, “pero por el grado de mi adicción, me mandaron lo más lejos posible para que sea muy difícil que intente volver”, expresó.
Así fue que el 21 de febrero de 2019 subió al colectivo de la empresa Andesmar que hacía primero el trayecto hacia la terminal de Retiro, en Buenos Aires, y luego hacia Posadas.
“Cuando llegué a Retiro me crucé a la Villa 31, que está frente a la terminal, para conseguir droga y alcohol… de milagro pude volver a subirme al colectivo. Pero como subí drogado y alcoholizado, tuve problemas y me quisieron bajar por la noche. Recuerdo que intervinieron dos gendarmes y uno de los choferes, la situación estaba muy tensa y ya habían sacado mis bolsos del colectivo y me iban a llevar detenido en una ciudad que no sabía ni el nombre... cuando vino el segundo chofer, con una gran paz y tranquilidad, nos habló a todos, calmó la situación y logró que Gendarmería me devolviera mi DNI, mi valija y mi mochila. Recuerdo que subí al colectivo, me dormí y me desperté en Posadas donde me esperaban los chicos de la Fundación”.
El sueño de una familia
Después de su rehabilitación, Marcos tuvo dos sueños muy vívidos “en uno de ellos, regresaba a mi ciudad, Trelew, y me casaba… algo que cuando estaba despierto me parecía imposible”. En su segundo sueño se vio con una familia “y me veía con hijos y uno de ellos era un nene al que le poníamos el nombre Ezequías… que es el nombre que le pondremos a mi hijo que está en camino”, relató Marcos que ya tiene una nena, un hijo del corazón con su esposa.
“Dos meses no supe nada de él”
Marcos tenía 22 años cuando inició el tratamiento por su adicción en Reto a la Vida de Posadas, donde permaneció casi dos años, “él terminó su secundaria en un colegio católico de Trelew y la verdad es que es muy difícil asumir que un hijo consume, era terrible encontrarme con los papeles de porro, las gotas que se ponen para disimular cuando están drogados. Ahora, cuando lo escucho predicar, cuenta que consumía cosas más fuertes pero en el momento no me di cuenta qué consumía”, contó.
Según recordó su mamá, su comportamiento fue cambiando, “desaparecía un día y volvía al siguiente. Y un día desapareció… dos meses no supe nada de él, si estaba vivo o muerto, sufría ataques de pánico porque no sabía qué podía estar pasándole, fue cuando estuvo en situación de calle”.
Tras su rehabilitación, Mónica tenía miedo que Marcos pudiera recaer a su regreso a Trelew pero él quería volver. “En muy poco tiempo, conoció a Bárbara, con quien se casó un año después y formó una familia muy bonita”, relató muy feliz.
Fuente: Primera Edición