La Estación Espacial Internacional (ISS) fue el escenario de la resolución de un particular misterio: el primer tomate cultivado en el espacio que se perdió hace ocho meses fue encontrado por astronautas. El tomate fue extraviado por el astronauta Frank Rubio después de cosecharlo en marzo pasado y se había convertido en un tema jocoso entre los astronautas y personal de la NASA, pero finalmente fue encontrado dándole un final feliz al curioso caso.
La cosecha de este tomate se produjo tras varios meses de cultivo en una cámara especial de crecimiento, donde los investigadores observaron cuidadosamente su desarrollo. Según confirmó la agencia estadounidense, se emplearon técnicas de hidroponía, es decir, un cultivo sin tierra, donde las raíces de las plantas recibieron una solución nutritiva balanceada para su cultivo, según publicó la cadena CNN.
La astronauta, Jasmin Moghbeli, anunció el hallazgo durante la conmemoración del 25 aniversario del orbitador: “Bueno, puede que hayamos encontrado algo que alguien llevaba tiempo buscando”, bromeó. De hecho, Frank Rubio, quien también se destacó este año por establecer el récord de la estancia más larga en el espacio por un astronauta estadounidense con 371 días, había sido sospechoso entre bromas de haberse comido el tomate: “A nuestro buen amigo, Frank Rubio, que se dirigía a casa, se le ha culpado durante bastante tiempo de haberse comido el tomate, pero podemos exonerarlo”, dijo Moghbeli.
Rubio estableció el récord de 371 días en el espacio, el más largo para un astronauta estadounidense. (NASA)
“Coseché, creo, el que fue el primer tomate en el espacio, y lo metí en una bolsita”, contó Rubio en una entrevista con la NASA en octubre, citada por CBS News. Pero el astronauta perdió el rastro del tomate tras enseñárselo a unos estudiantes mientras permanecía en el espacio: “Estaba seguro de que lo había colocado donde debía, pero cuando volví, ya no estaba”, explicó, añadió que a pesar de buscarlo durante muchas horas sin éxito, asumió que se había perdido o desechado accidentalmente.
“Desgraciadamente -porque así es la naturaleza humana- mucha gente dice: ‘Probablemente se comió el tomate’”, dijo Rubio. “Y yo quería encontrarlo sobre todo para poder demostrar que no me comí el tomate” aseguró. Lo cierto es que, según expertos, las condiciones de microgravedad de la ISS hacen que cualquier objeto no asegurado pueda flotar y desaparecer entre recovecos del laboratorio orbital, del tamaño de un campo de fútbol. El descubrimiento puso fin así, a la incógnita sobre el paradero del tomate Red Robin, parte de un experimento de NASA para cultivar alimentos en misiones espaciales de larga duración.
Frank Rubio aterrizó en el planeta el pasado 27 de septiembre, con el logro de haber pasado más de un año en la ISS. En la misma entrevista realizada en octubre, expresó los momentos difíciles vividos durante su estancia prolongada, pero también su determinación para mantener una actitud positiva a pesar de las circunstancias. “Me permití un día para sentirme triste y compadecerme de mí mismo, y luego traté de tomar una decisión consciente para decir: bueno, vamos a tener una buena actitud y vamos a tratar de hacer el mejor trabajo posible”, dijo Rubio al enterarse de que su estancia en la ISS se prolongaría otros seis meses.
Fuente: Infobae