Ante las dificultades para la normal atención a los jubilados las farmacias no son responsables
Desde el 1º de noviembre las farmacias prestadoras del PAMI en todo el país comenzaron a trabajar con un nuevo sistema de validación de recetas, en un cambio dispuesto por el PAMI para la atención de sus afiliados.
En la implementación de este cambio tecnológico dispuesto por el Instituto se ha generado una importante cantidad de dificultades a la hora de atender al jubilado en el mostrador de las farmacias en todo el país, y esas dificultades persisten al día de hoy, miércoles 6 de noviembre.
Estas dificultades se traducen en sustanciales demoras o impedimento en la dispensa de medicamentos, inconvenientes para la localización de recetas electrónicas, y otras circunstancias puntuales que hacen a una significativa merma en la calidad de servicio que nuestras farmacias acostumbran a brindar a los afiliados al PAMI, que, impedidos en muchos casos de acceder a su medicamento, con toda razón muestran su disgusto.
La responsabilidad de esta situación no es de las farmacias, que estamos realizando todos los esfuerzos, como es habitual ante las circunstancias más extremas, pero las dificultades se continúan y es necesario que quienes tienen la facultad para actuar logren la solución, para que los sistemas optimicen su funcionamiento y se alcance una normalidad en el servicio, cosa que hoy no se está produciendo.
Pasados cinco días de dispuesto el cambio de sistemas por el PAMI, nos vemos en la necesidad de expresar esta situación con el objetivo de salvaguardar ante los jubilados y sus familias la total disposición de las farmacias para acompañarlos en todo momento, pero también para advertir que no es posible continuar en este estado de cosas que impide brindarles a nuestros pacientes el servicio de calidad que merecen y al que están acostumbrados recibir de las farmacias.
Las Entidades Farmacéuticas solicitan a todos los actores que intervienen en esta coyuntura que se redoblen los esfuerzos para lograr de manera INMEDIATA y DEFINTIVA una normalización de las herramientas tecnológicas que permitan a
nuestras farmacias recuperar su normal labor, y poder darles a los jubilados la atención habitual.
No somos las farmacias las responsables de este problema que estamos atravesando, y son precisamente los responsables los que deben encontrarle la solución técnica
necesaria para volver a un estado de normalidad, que a esta altura resulta no solo necesario sino imprescindible.