Alarma por la tala de árboles en las 600 hectáreas: un reclamo urgente por el futuro ambiental de Iguazú
En su última columna radial, el periodista Mario Antonowicz puso nuevamente sobre la mesa un tema que inquieta y divide aguas en Puerto Iguazú: la tala indiscriminada de árboles en la zona de las 600 hectáreas y la selva Iriapú. El comunicador expresó su preocupación por la inacción de las autoridades provinciales y municipales frente a un fenómeno que, según advirtió, compromete la imagen turística, la calidad de vida y el equilibrio ambiental de la región.
Antonowicz relató que vecinos lo alertaron sobre el uso de motosierras en áreas que, de acuerdo con convenios originales, no deberían estar ocupadas por comunidades aborígenes, sino destinadas al desarrollo turístico de la ciudad. “Estamos hablando de árboles de 50 o 70 años, que tardaron décadas en crecer y que hoy desaparecen en minutos. Eso es perder oxígeno, perder calidad de vida y perder el recurso más valioso que tenemos: la selva misionera”, denunció.
El periodista recordó que cuando se diseñó el proyecto de las 600 hectáreas, la provincia estableció que 300 hectáreas quedarían bajo uso de comunidades guaraníes y otras 300 serían destinadas al desarrollo turístico. Sin embargo, señaló que se han registrado avances sobre tierras que no estaban previstas en ese acuerdo, con consecuencias visibles en la pérdida de masa forestal.
Talaron un árbol de entre 45 a 50 años en las 600 hectáreas dentro de una comunidad guaraní
La crítica también alcanzó al Ministerio de Ecología de Misiones, encabezado por Martín Recamán. Antonowicz aseguró que ya elevó imágenes y audios que prueban la tala en la aldea Itapotimirí, pero que hasta ahora no hubo respuestas concretas. “No hay una política de conservación en las 600 hectáreas. No es la primera vez que se escucha la motosierra. Y no hablamos de ramas o leña caída, hablamos de árboles en pie, de especies nativas valiosas como palo rosa, cedro o guatambú”, subrayó.
Más allá de las responsabilidades institucionales, el comunicador hizo un llamado a la conciencia colectiva. Recordó campañas de reforestación que mostraron la diferencia entre calles arboladas y zonas sin sombra, y cuestionó la falta de compromiso de muchos vecinos. “Un árbol puede costar 10 mil pesos. ¿No podemos plantar 100 mil en toda la ciudad? Imaginen lo que eso significaría en un verano sofocante. No se trata solo de estética: es salud, es identidad y es futuro”, apuntó.
Finalmente, Antonowicz advirtió que lo que está en juego trasciende la coyuntura política o los convenios incumplidos. “Hoy perdemos un árbol, mañana serán dos, en diez años no nos queda nada. Y cuando vendamos Iguazú al mundo, ¿Qué vamos a mostrar? ¿Tacuaritas? Nuestra marca es la selva, es la biodiversidad. Y si no la cuidamos, la estamos tirando por la cloaca”, concluyó.
Talaron un árbol de entre 45 a 50 años en las 600 hectáreas dentro de una comunidad guaraní
