Adolescentes ya casi no usan efectivo: el auge del dinero digital


Cada vez son menos los adolescentes argentinos que usan dinero en efectivo. Impulsados por la expansión de las billeteras virtuales y el acceso masivo a tecnologías móviles, los jóvenes están protagonizando un cambio profundo en la forma de administrar su economía cotidiana.
El uso de billeteras digitales pasó al 89%
Según un estudio reciente de la Universidad Torcuato Di Tella, el uso de billeteras digitales en adolescentes pasó del 51% en 2022 al 89% en 2024. Este fenómeno no solo aceleró la inclusión financiera en edades tempranas, sino que desplazó al efectivo y a las cuentas bancarias tradicionales: apenas un 17% de los jóvenes posee una cuenta bancaria.
El teléfono móvil se convirtió en el principal medio de pago y administración del dinero. Desde enviar dinero a un amigo hasta pagar en un kiosco escaneando un QR, los adolescentes interactúan con el dinero con la misma fluidez con la que usan redes sociales. De hecho, para muchos, la billetera digital representa su primer contacto con el sistema financiero formal.

Sin embargo, esta revolución también tiene su contracara. La facilidad para gastar sin ver billetes físicos genera una percepción más abstracta del dinero, lo que puede incentivar el consumo impulsivo. A esto se suma la escasa educación financiera: solo el 28% de los adolescentes comprende conceptos básicos como manejo de deuda o intereses.
Además, surgen riesgos vinculados al entorno digital
Son frecuentes las estafas por phishing y smishing, que encuentran en los adolescentes blancos fáciles. También existe una fuerte dependencia tecnológica: si se quedan sin batería o sin conexión, no pueden acceder a su dinero. Y cada operación deja una huella digital, lo que plantea preguntas sobre la privacidad de los datos personales.

La transición al dinero digital ya no es futuro: es presente. Y aunque abre puertas a la autonomía, la inclusión y la participación de los adolescentes en la economía formal, también plantea desafíos que no pueden pasarse por alto. El uso masivo de billeteras virtuales requiere un acompañamiento educativo sólido para que los jóvenes comprendan cómo administrar su dinero, evitar el sobreendeudamiento y proteger su información personal.
Asimismo, es fundamental que las familias, las escuelas y el propio sistema financiero trabajen de forma articulada para reducir los riesgos vinculados a la tecnología, como las estafas virtuales o la dependencia excesiva del celular. Si bien los adolescentes están marcando el ritmo de esta nueva era digital, es responsabilidad de los adultos asegurar que este proceso de transformación sea también un proceso de formación.