La oposición necesita mostrarse unida con la mira puesta en 2027
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En un escenario político marcado por la hegemonía de la renovación y el liderazgo de Filippa, distintos referentes opositores comienzan a dar señales de articulación con un objetivo claro: construir una alternativa sólida de cara a las elecciones de 2027.
En ese contexto, la presencia conjunta de Fabián De Sa, Alejandro Verón, Omar Gómez y Úrsula Waidelich no pasó desapercibida. La imagen de los dirigentes compartiendo espacios de debate y trabajo fue leída como un gesto político concreto: la oposición busca dejar atrás las divisiones internas y avanzar hacia un proyecto común.
Desde distintos sectores coinciden en que la dispersión ha sido, históricamente, uno de los principales obstáculos para enfrentar al oficialismo. Por eso, la foto de unidad adquiere un valor simbólico y estratégico. No se trata solo de nombres, sino de la posibilidad de articular ideas, equipos técnicos y una agenda que conecte con las demandas sociales actuales.
Fuentes cercanas a los espacios opositores señalan que el trabajo conjunto apunta a la elaboración de un programa de gobierno con horizonte 2027, centrado en el desarrollo, la transparencia y la recuperación de la confianza ciudadana. En ese sentido, la diversidad de perfiles de De, Verón, Gómez y Waidelich aparece como un activo, capaz de ampliar la base electoral y representar distintos sectores de la sociedad.
Mientras la renovación y Filippa continúan marcando el ritmo del oficialismo, la oposición parece haber comprendido que solo una estrategia unificada puede convertirse en una alternativa real de poder. El desafío, hacia adelante, será sostener esa unidad en el tiempo y traducirla en una propuesta concreta que logre interpelar a un electorado cada vez más exigente.
