“Las soluciones existen, pero hay que llevar estadísticas a la mesa”: Juan Carlos Barceló y el recuerdo de cómo Iguazú venció las asimetrías en los 90


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El expresidente de la Cámara de Comercio de Puerto Iguazú, Juan Carlos Barceló, repasó en una entrevista con Radio Yguazú Misiones las estrategias que permitieron a la ciudad recuperarse del colapso comercial durante la década del 90. Las lecciones de entonces vuelven a cobrar valor hoy ante la actual situación fronteriza.
Barceló recordó que durante los años 90, «el cierre comercial en Iguazú había llegado a un 70%. La calle Brasil no existía más”, graficó. «Había un factor, que en función del contrabando ingresaba la mercadería de Brasil y nosotros denominábamos el Iguazú grande, periférico, en un grado de informalidad comercial muy grande y se terminaba vendiendo el producto brasileño en la zona periférica de Iguazú más barato, en detrimento de los pocos negocios que habían quedado en marcha en lo que denominábamos nosotros zona centro», sostuvo.
Una de las medidas más emblemáticas fue la reducción del precio del combustible mediante la quita de impuestos nacionales. “Supimos hacerles entender al gobierno de la nación, que quitándole los impuestos a la carga impositiva que tiene el precio del combustible, se lograba vender mucho más litros y por ende en la mayor cantidad de litros, el Estado iba a recaudar más», relató.
La apuesta funcionó: el precio se redujo entre un 30% y 35%, lo que hizo que Iguazú volviera a ser competitivo incluso frente al combustible brasileño. “Eso generó el regreso del consumidor fronterizo, que no venía solo a cargar combustible. De paso compraba vino, aceitunas, y volvía a recorrer nuestros negocios”, explicó.
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Otra estrategia clave fue la creación y defensa del régimen simplificado de importación y exportación fronteriza, que permitió legalizar el transporte de mercadería en pequeñas cantidades a través de combis paraguayas, sin necesidad de manifiestos de carga o trámites aduaneros complejos.
“Recuerdo tener que intervenir para que esas combis pudieran cruzar por Brasil sin problemas. Los brasileros se ponían celosos porque no les compraban a ellos, y empezaron a exigir documentación inherente al comercio exterior que no competía con esto que era una herramienta miníma exclusivamente de frontera», rememoró Barceló.
Tres décadas después, el escenario parece repetirse. Y aunque los tiempos han cambiado, las herramientas de base siguen siendo las mismas:
Barceló propuso reactivar el viejo sistema de relevamiento territorial que había implementado con estudiantes secundarios en pasantías, conocido como RUBE (Relevamiento de Unidades Económicas) para tener antecedentes.
«En su momento trabajé con la escuela EPET y con el ITEC, en función de requerir los servicios del último año del secundario, haciendo pasantías en conjunto con nuestra entidad, con nuestra Cámara. Una vez hechos los convenios con ellos, nos cedían el último curso y hacíamos un trabajo de campo, un rastrillaje completo de Iguazú, dividiéndolo por zonas», relató Juan Carlos.
«Hay estadísticas que están en la Cámara, seguramente. Con lo cual uno empieza a contrastar. Mañana quizás es tarde», culminó.