Con la llegada del otoño, la piel también necesita cambiar de rutina

La farmacéutica Karen Libutski explica cómo adaptar los cuidados faciales a esta nueva estación, marcada por la deshidratación y la necesidad de renovación cutánea.
Con el cambio de estación, no solo el clima y la vestimenta se transforman. La piel también experimenta modificaciones, y es clave adaptar la rutina de cuidado para acompañar esas necesidades. Así lo asegura Karen Libutski, farmacéutica de Farmacia Cataratas, quien advierte que «no es lo mismo una piel en verano que en otoño o en invierno».
Durante el otoño, uno de los principales desafíos para la piel es la deshidratación. «Se empieza a notar el efecto del verano: aparecen más arrugas, manchitas, y la piel luce más apagada», señala Libutski. Por eso, es esencial ajustar los productos que usamos habitualmente, eligiendo hidratantes más potentes que refuercen la barrera cutánea.
Además, el otoño representa una oportunidad ideal para la renovación celular. «Al no haber tanta exposición al sol y tener temperaturas más suaves, es un buen momento para incorporar exfoliantes o peelings con ácidos una o dos veces por semana», recomienda. Esta renovación ayuda a preparar la piel para el invierno, cuando la hidratación debe ser aún más intensa.
La experta también sugiere revisar el tipo de limpiador facial que utilizamos. «Conviene optar por uno más suave para evitar agravar la deshidratación». En cuanto a activos recomendados para esta época, menciona la vitamina C, la niacinamida y los retinoides, ideales para tratar manchas y arrugas post-verano.
En el caso de quienes buscan una hidratación más profunda, se pueden sumar ingredientes como el ácido hialurónico, la manteca de karité o incluso aceite de coco, siempre considerando el tipo de piel.
Sobre los peelings químicos, Libutski aconseja adaptar el ácido según cada necesidad: el salicílico o glicólico para pieles mixtas o grasas, y el azelaico para pieles más sensibles o secas.
Un punto clave es no abandonar el uso de protector solar, aunque los días estén nublados. “La radiación UV sigue estando presente incluso sin sol visible, y también afecta la luz artificial como la de pantallas y celulares”, recuerda. Para el rostro, sugiere un FPS de al menos 30, preferentemente 50, y lo mismo para el cuerpo.
Finalmente, destaca que no es necesario hacer una transformación total de la rutina. «Con pequeños ajustes ya se pueden lograr grandes beneficios. Y siempre recomendamos acercarse a la farmacia para asesorarse y encontrar juntos la rutina ideal», concluye Libutski, quien también señala que en esta época suelen haber productos en promoción para facilitar el acceso al cuidado de la piel.