Las comunidades guaraníes que habitan el Valle del Cuña Pirú han vuelto a enfrentarse a una amenaza sobre sus tierras ancestrales. Recientemente, estas comunidades, tras una lucha de 22 años, recibieron el Título de Propiedad Comunitaria de un territorio de 6.035 hectáreas, que les fue restituido por la Universidad Nacional de La Plata. Sin embargo, su tranquilidad se vio interrumpida cuando descubrieron un intento de intrusión en sus tierras.
Según denuncias realizadas por las comunidades Ka’aguy Poty, Kapi’i Poty, Ka’aguy Mirĩ Rupa, Yvy Pytã, e Yvytu Porã, una empresa privada comenzó la construcción ilegal de una vivienda y una cabaña en su territorio, sin autorización y de manera clandestina.
El director general de bosques del Ministerio de Ecología, Milton Morán, explicó en una entrevista con FM 89.3 Santa María de las Misiones que el caso llegó a su conocimiento a través de estas denuncias y de organismos que trabajan con las comunidades, como EMIPA y ENDEPA.
“El espléndido paisaje y la masa boscosa bien conservada de la provincia son muy atractivos para quienes buscan desarrollar proyectos ilegales, como la construcción de viviendas particulares o emprendimientos sin autorización”, señaló Morán.
Añadió que el lugar donde ocurrió el intento de intrusión es “de fácil acceso, lo que facilitó la llegada de maquinaria para realizar movimientos de tierra y preparar el terreno para las construcciones”.
“Gracias a la rápida intervención del cuerpo de guardaparques y las autoridades del Ministerio de Ecología, la intrusión fue detectada a tiempo y desmantelada antes de que se produjeran daños mayores. “Hoy el lugar está despejado, aunque quedó el movimiento de suelo que habían hecho. Por suerte, las dimensiones del daño fueron pequeñas, y no se talaron bosques de gran importancia”, indicó Morán.
A pesar de que el intento de intrusión fue frustrado, Morán reconoció que el caso pone de manifiesto la vulnerabilidad constante de estas tierras.
“Este es un territorio muy grande, de 6.035 hectáreas, y está rodeado por numerosas parcelas y zonas urbanas, lo que lo convierte en un blanco frecuente para actividades ilegales como la caza furtiva, el robo de madera y otros tipos de intrusión”, explicó.
“Hay que estar constantemente haciendo patrullaje y cuidando estos recursos tan valiosos y atractivos”, agregó Morán, resaltando la necesidad de un control permanente para evitar futuros conflictos.
Aunque las autoridades aún no han identificado a los responsables de este intento de ocupación ilegal, se están llevando a cabo investigaciones para determinar quiénes solicitaron la bajada de luz en la zona.
“Hoy ya no existe nada de lo que encontraron, estamos al tanto y cuidando para que no vuelva a suceder. Seguimos haciendo patrullajes desde la Dirección General de Bosques, con el control forestal y en conjunto con las comunidades guaraníes,” aseguró.
En paralelo, las comunidades guaraníes mantienen su compromiso con el uso sostenible de sus recursos y han expresado su interés en reforestar la zona afectada por la maquinaria, en colaboración con el Ministerio de Ecología.
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