La gran cantidad de lluvia caída en los últimos días en esta ciudad y otras localidades hizo que aparezcan caracoles y babosas en patios, jardines y hasta en las casas. Ante esta situación PRIMERA EDICIÓN consultó con especialistas y vecinos que tuvieron la experiencia, pues está latente el temor al caracol africano gigante, que es un peligro para la salud humana.
Hace unos años, los caracoles africanos fueron detectados en varios puntos de la provincia como en Puerto Iguazú donde intervino la Dirección de Defensa del Medio Ambiente de la Policía y cuyo director Maximiliano Jaques recordó que “vimos esos ejemplares haciendo inspecciones y procedimos a enterrarlos con sal, que es el procedimiento correcto”, pero sí reconoció que “naturalmente, a las personas les cuesta reconocer si se trata de un caracol criollo autóctono o si se trata del africano”.
Tanto en la Chacra 122 como en la zona de Villa Sarita hicieron su aparición grandes y pequeñas babosas, “aparecieron hasta mi cocina después de la lluvia”, dijo Graciela preocupada y con repelús. Mientras que Guadalupe dijo: “Vi esos bichos muy feos, incluso no sabía bien qué eran. Por las dudas no los toqué y los tiré en el contenedor del barrio”, con cara de asco.
Fue en Itaembé Guazú donde aparecieron caracoles “gigantes”, tan grandes que sorprendieron a los vecinos acostumbrados a ver entre las plantas y como plaga a los pequeños caracolitos que se comen las plantas. “Dos caracoles inmensos estaban en medio del patio. Lo primero que nos preguntamos fue: ‘¿serán los africanos?’, por precaución no los agarramos con las manos, mi esposo los puso en la palita y los tiró en un contenedor porque no nos animamos a matarlos con sal”, relató Alicia a PRIMERA EDICIÓN.
En Capioví, un defensor de la naturaleza Adalberto Pighin, contó que al encontrar un caracol grande consultó con el biólogo Fabricio Tejerina, “le envié la foto porque no quiero matar por matar y resultó ser uno común”. Pighin recomendó que “antes de matar cualquier animal (víboras, sapos, caracoles, mamíferos) primero evaluemos con alguien capacitado si es un riesgo, si es necesario eliminarlo o si no es conveniente dejarlo seguir su camino”.
En diálogo con este Diario, el biólogo Fabricio Tejerina reconoció que a veces pueden ser tóxicos, “es mejor usar guantes. A veces pueden intoxicar a los perros que suelen querer lamerlos, o por cuidados a los niños. Es mejor no tocarlos si no están seguros de qué especie se trata”. Respecto a las babosas, Tejerina confirmó que no son tóxicas, aunque “es mejor no manipularlas sin guantes y mucho menos consumirlos: ni caracoles, ni babosas”.
Para exterminar babosas y caracoles
Los caracoles se entierran desde los 10 a 30cm. u ocultan bajo las hojas caídas, o en plantas con hojas grandes y rígidas, donde puedan sentirse seguros. Examinar las plantas de tu jardín para retirarlos.
Se pueden utilizar venenos especiales que se compran en veterinarias o viveros.
Para combatirlos naturalmente: la cáscara de huevo es un producto natural rico en un mineral que las plantas y las tierras ácidas necesitan.
Repelente de caracoles: partir las cáscaras de huevo dejar las orillas filosas intactas. Esparcirlas alrededor de las plantas que han sido invadidas por caracoles, babosas o gusanos.
Otro repelente natural es la ceniza de carbón vegetal. Rociar alrededor de las plantas.
Cerveza: en un tachito colocar un poco y atraerá a las babosas para poder luego matarlas.
Para exterminarlos se les puede echar sal sobre el cuerpo, pero tener cuidado de no tirar mucha sal a la tierra porque la arruinará.
Primera Edición