Dengue: residuos agroindustriales para fabricar antivirales, en estudio
La licenciada en Genética y becaria posdoctoral del Conicet Gabriela Díaz trabaja en la elaboración de un producto para paliar el impacto de la enfermedad
Más que nunca el dengue se impone en la agenda social y sanitaria por la notificación de casos en lugares que antes eran impensados y la proliferación del vector Aedes aegypti en virtud del cambio climático que deviene, por ejemplo, en temperaturas cálidas en invierno.
En Misiones las enfermedades aédicas son objeto de estudio, sobre todo por la condición de frontera con países en los que se registran de manera frecuente brotes epidémicos como Brasil y Paraguay.
Justamente, las emergencias sanitarias ocurridas por infecciones virales en las dos últimas décadas, en particular la enfermedad causada por el virus del dengue, dejan en evidencia la necesidad de explorar nuevos agentes antivirales. Y en esa línea de investigación se encuentra la becaria posdoctoral del Conicet Gabriela Díaz (38): se pueden obtener compuestos bioactivos con actividad antiviral a partir de residuos provenientes de la agroindustria gracias a procesos biotecnológicos como la extracción asistida por enzimas (EAE).
Las enzimas son proteínas que se obtienen de microorganismos como bacterias y hongos.
Díaz a la espera de la pasantía en Buenos Aires para probar el compuesto en células infectadas. Fotos: Joaquín Galiano
En la ocasión, la genetista Díaz, líder del proyecto, da detalles de lo realizado hasta el momento. Oriunda de Salta, vino en 2003 a la tierra colorada a estudiar en la Facultad de Ciencias Exactas y vive aquí desde entonces.
En la provincia se generan grandes cantidades de residuos a partir de la actividad agrícola, muchos de los cuales no tienen uso y se abandonan o se queman a cielo abierto causando polución ambiental.
Por ello es que una aplicación innovadora es someter los residuos agroindustriales a las enzimas fúngicas y de esta manera utilizar estos residuos como fuentes naturales de principios activos.
El proyecto se desarrolla en el marco del Plan de Mejoras de la Función I+D y del Plan Estratégico de la Universidad Nacional de Misiones (Unam) 2018-2022 y el equipo de investigadores trabaja en las instalaciones del Instituto de Biotecnología Misiones (Inbiomis) en el predio del campus de la Universidad Nacional de Misiones (Unam).
¿Con qué tipo de residuos están trabajando para fabricar el antiviral?
Lo que se hace también con esta propuesta es trabajar todo ese concepto de economía circular. Porque tratamos de ocupar los residuos en diferentes etapas de investigación. Son residuos de la agroindustria forestal o agroalimenticia, que no se usan en otros lados o las queman directamente o las dejan en el ambiente y no saben qué hacer. Es un problema real para las industrias, sobre todo la citrícola y la almidonera.
Y el bagazo de caña, si bien lo utilizan en algunos casos como fuente de combustión, nosotros le podemos dar un valor agregado usando esos residuos para obtener moléculas de mucho valor para la industria farmacéutica o para la industria alimenticia.
¿Cómo es el proceso de producción de enzimas?
Para producir las enzimas reutilizamos bagazo de caña de azúcar y bagazo de mandioca porque son ricos en azúcares complejos. Y con eso alimentamos los hongos con los que trabajamos para que produzcan y secreten las enzimas requeridas para después extraer los compuestos antivirales. Porque estos antivirales, los que nosotros estamos estudiando, son compuestos que están en las paredes vegetales, pero muchas veces no están disponibles. Entonces se los tienen que extraer de alguna forma.
Una de las formas de extracción es usando químicos, pero como somos de biotecnología no queremos usar químicos por el daño que significa al ambiente, la toxicidad y demás. Entonces lo que usamos son estas enzimas en lugar de esos químicos.
Usamos bagazo de caña en esta etapa para obtener compuestos fenólicos. También las cáscaras de jabuticaba que dejan los productores de las mermeladas caseras. Nos pusimos en contacto con la gente que produce mermeladas en jabuticaba y ellos nos dan las cáscaras porque sabemos que son ricas en compuestos fenólicos. Y dentro de esos compuestos buscamos antivirales. Los residuos cítricos también son muy ricos en compuestos fenólicos.
¿Pudieron constatar que de estos compuestos se pueden fabricar antivirales y que podrían ser efectivos contra el dengue?
Esa es la parte en la que estamos ahora. Nosotros lo que hacemos es escanear. Ahora ya escaneamos todos esos compuestos fenólicos porque son muchos, son miles de compuestos y se dividen en grupos. Nosotros apuntamos a los flavonoides que es dentro de esos compuestos porque sabemos por bibliografía que tienen actividad antiviral (los flavonoides son grupos de moléculas generadas por el metabolismo secundario de los vegetales y proporcionan una amplia gama de beneficios a la salud).
Ahora lo que tenemos son dos análisis. Uno cualitativo para saber qué hay y otro cuantitativo para saber cuánta cantidad hay de los antivirales en nuestros extractos. El paso siguiente es probar esto para lo cual tengo ya unos candidatos, en líneas celulares infectadas con virus del dengue. Esto lo voy a hacer en el Instituto de Química Biológica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (Iquibicen) de la UBA en una pasantía.
¿Cuál sería la presentación de los antivirales?
Si llegamos a tener resultados positivos en Buenos Aires la última etapa sería ver cómo hacemos o presentamos estos antivirales. Si sería una pastilla o en envase líquido.
¿Sabés si ya existen antivirales contra el dengue actualmente?
Se reportan antivirales, pero todo está en proceso de estudio, también se dice que hay vacunas y demás, pero el tema es ver la eficiencia, también hay controversias con respecto a eso. La idea es plantear ¿Por qué lo hacemos de esta manera? Porque queremos fabricar los antivirales de manera natural, con esto también estamos ampliando la gama para ver si encontramos otros compuestos.